lunes, marzo 04, 2019

«Delirio», de Roger Santiváñez







Suena la puerta de Euxebia si bastara con el nombre
Qué lindo sería dijo y su bocota no contemplaba
Sino el deseo de saber de conocer otra feliz igualdad
De caracteres diseminados como amantes entristecidos

Por la falta de espacios donde la distancia se desplazara
En círculos suavena el diablo es tu animal vital
Confite de callejuela montero con mabel la del día veinte
Y su raya cleopatra cabeza de casco y boca de toulouse-lautrec

Habiendo recordado la orden del sol de tu luna de paleta
Urbanera distinguida por no sé qué cómputo de olmo
Violando tu himen de papel olvidado como una fiesta
Que acaso nunca existió sólo fue la mordedura de la

Bestia sagrada brassiere de seda lúbrica echando agua
Por las santas huevas contra el frío pavimento
Tan sólo por lucirte era tu lindura más dura y más puta
Te arreglabas para hacerlo mejor te pintabas de rojo el culo

O eras la coleccionista de ese film que no te gustó
Y sin embargo recordaste en homenaje al día inesperado
Hablaban de la guerra como de una sucia palabra
Pero al doblar la vuelta de tus cartas te sorprendes

De tu tinta en soledad lo que brota espontáneamente grama
Junto a tus multa gracilis te puer in rosa expulsses
Decía –por no asistir a reuniones que ellos convocan
¿Pero acaso no tienes la debida información

Acerca de los movimientos no dichos?
Sólo el gruñido de los gatos ataca la ternura de la noche
¿Y en qué plano ensayabas tu disciplina radical?

En el ritmo y todo por una santa no se puede
Avanza virgilio te pasó el yara yara compare
La nota brava de matar en el mapa inexistente
Iba dejando una sucursal del cielo y el infierno.




en Split, Lecturas Ediciones, 2018




Originalmente en Symbol, 1991






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