domingo, febrero 10, 2019

"La palabra", de Nikolai Gumiliov

Versión de José Mateo (según la traducción de Xenia Dyakonova)






En aquel tiempo, cuando Dios giraba
su rostro sobre el mundo nuevo, entonces,
detenían el sol con la palabra
y con ella se arrasaban torreones.

El águila no osaba alzar las alas
y los astros se anclaban a la luna,
si la palabra alguna vez volaba
como una llama roja en las alturas.

Y el número se usaba en lo mundano,
como un buey que trabaja uncido al yugo;
pues los matices del significado,
los transmiten los números fecundos.

El patriarca canoso, en tiempo antiguo,
que del bien y del mal sacó riqueza,
con su vara, por miedo a los sonidos,
el número trazó sobre la arena.

Pero olvidamos que, de lo terreno,
tan sólo en la palabra hay salvación,
y que en algún lugar del Evangelio
está escrito que la palabra es Dios.

Le impusimos los límites estrechos
que nos dictaba la naturaleza;
y como abejas de un panal desierto,
así se pudren las palabras muertas.




1921














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