sábado, febrero 16, 2019

«Fragancia de la rama de laurel», de Wang Anshi

Memoria del pasado en Jinling / Versión de Juan Carlos Villavicencio






Subo a una altura
y llevo al límite mi vista,
la última parte del otoño tarde es la época más bella.
Los antiguos bosques lucen sublimes.
El río fluye mil millas como una serpiente junto
a torres con cumbres de estilos grandiosos y color esmeralda.
Ante el sol que va cayendo, las velas van y vienen;
las banderas flamean en lo alto y en lo bajo por el viento del oeste.
El barco pintado
flota entre las nubes,
y como estrellas de la Vía Láctea, vuelan las garzas blancas.
¡Qué imagen para la mirada!
Los días pasados,
la opulencia por la que la gente compitió.
¡Ay! La vergüenza devino en vergüenza bajo los muros,
en las salas del palacio.
Apoyado en los pasamanos, en vano lanzo suspiros
que sobre los antiguos reinos caen y se levantan.
El agua que fluye vio pasar a las Seis Dinastías;
yo sólo veo niebla fría y hierba marchita.
Incluso ahora las cantantes cantan
las canciones compuestas por un rey cautivo.












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