La lluvia era ahora muy fina y la muchacha caminaba por el centro de la acera con la cabeza levantada y unas pocas gotas sobre el rostro. Cuando vio a Montag sonrió.
–Hola!
Montag dijo hola y añadió:
–¿Qué haces hoy?
–Todavía estoy loca. La lluvia sabe bien. Me gusta caminar bajo la lluvia.
–No creo que eso me gustase –dijo Montag.
–Le gustaría si lo prueba.
–Nunca lo he hecho.
Clarisse se pasó la lengua por los labios.
–La lluvia tiene buen sabor.
–¿Pero te pasas la vida probándolo todo una vez? –preguntó Montag.
–A veces dos.
1953
Contribución indirecta a DscnTxt de Laura Fiori
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