Versión de Juan Carlos Villavicencio
Todo su pañuelo empapado de lágrimas. Ella no puede soñar
durante la noche más profunda, antes de que el harem comience a cantar.
Sus mejillas rosadas no son viejas, pero su primer amor ha terminado.
Inclinada, envuelta en neblina, ahí se queda sentada hasta el amanecer.
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