Comí anoche con Beethoven.
Ustedes lo conocen,
Corpulento y ya algo sordo.
Se bebió bastante vino
Y a los postres
Puse en la gramola
Toda una pastoral
(no pretendía originalidades).
Bastó que él distinguiera algunas notas
Se alzó airado entre el cognac
Y dijo:
¡Cómo es esto
si aún no escribo esta sinfonía!
Tranquilízate, Ludwig...
Tú no oyes
Yo no entiendo
Tu idioma
Y ocupamos siglos diferentes...
Devolvió el vino
Y se fue.
en Cien microcuentos chilenos, 2002
Juan Armando
Epple, Antologador
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