Sobre el océano se eleva
la luna en resplandor.
La contemplamos tú y yo
desde dos extremos del país.
Melancólico, lamento
que la noche sea larga,
y te añoro apasionado.
Apago el candil,
me encanta la luz de la luna.
Me cubro con la capa y salgo;
la siento mojada con el rocío.
Me aflige no poder recoger
un puñado de luz y ofrecértelo.
Regreso y me recuesto.
Ojalá te encuentre en mis sueños.
en
Poesía clásica china, 2001
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