Mi voluntad tiene la forma de un pájaro
muerto, abierto y quieto en el aire.
Presiento cómo extiende
compasivo
su escondite de plumas cenizas
debajo del sol
y encima de mi libertad.
Sobre este camino desnudo
también hace frío de los simulacros celestes
que sobrevuelan la Tierra.
Ya una vez creí escuchar
las campanadas de mil parpadeos
anunciando una visión de mí
abandonada en los desagües del desierto.
y otra vez
bajo esta sombra
los ojos se entreabren como labios
en medio de todas las palabras.
en Luz fugitiva, 2014
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