viernes, julio 13, 2018

"Llamame la hija...", de Josefina Bianchi






Llamame la hija de
un escritor frustrado, un lector
clásico, pensaba en ballenas.
¿Hasta dónde entendió?
pregunto. La alegoría más grande
era el humo sin bombas,
una pipa como estandarte
de la concepción del lazo.
Calculo que es sencillo
cruzar el campo en la búsqueda
de aire fresco en vida
terrenal, es un riesgo
mirar al costado y descubrir
el cardumen de mujeres
que andan derechas
y sin saberlo arman
un esqueleto gigante
llega a la orilla y gracias
por suerte gracias, los cambios
son mínimos pero ocurren
este museo al aire libre
erosiona con el tiempo, ningún hombre
es una isla.




en Enredadera rusa, 2018 (inédito)




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