Jorge Luis Borges, Edmundo Rivero y Ástor Piazzolla
Me acuerdo. Fue en Balvanera,
En una noche lejana
Que alguien dejó caer el nombre
De un tal Jacinto Chiclana.
Algo se dijo también
De una esquina y de un cuchillo;
Los años nos dejan ver
El entrevero y el brillo.
Quién sabe por qué razón
Me anda buscando ese nombre;
Me gustaría saber
Cómo habrá sido aquel hombre.
Alto lo veo y cabal,
Con el alma comedida,
Capaz de no alzar la voz
Y de jugarse la vida.
Nadie con paso más firme
Habrá pisado la tierra;
Nadie habrá habido como él
En el amor y en la guerra.
Sobre la huerta y el patio
Las torres de Balvanera
Y aquella muerte casual
En una esquina cualquiera.
No veo los rasgos. Veo,
Bajo el farol amarillo,
El choque de hombres o sombras
Y esa víbora, el cuchillo.*
Acaso en aquel momento
En que le entraba la herida,
Pensó que a un varón le cuadra
No demorar la partida.**
Sólo Dios puede saber
La laya fiel de aquel hombre;
Señores, yo estoy cantando
Lo que se cifra en el nombre.
Entre las cosas hay una
De la que no se arrepiente
Nadie en la tierra. Esa cosa
Es haber sido valiente.***
Siempre el coraje es mejor,
La esperanza nunca es vana;
Vaya pues esta milonga,
Para Jacinto Chiclana.
en Para las seis cuerdas, 1965
Versión grabada para el disco El Tango
* Estrofa no incluida en la grabación de Piazzolla y Rivero.
** Estrofa no incluida en la grabación de Piazzolla y Rivero.
*** Estrofa no incluida en la grabación de Piazzolla y Rivero.
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