Por mi casa sin amo
suena un instrumento que aún no se ha
inventado.
Y alguna vez consigo ver a un diablo
con una regadera llena de vino blanco.
De noche, alguien se queja por mi lado.
¡Aves del otro mundo
se vienen a morir a mi tejado!
De madrugada, el silencio es demasiado.
Luego vuelve a sonar el instrumento
desafinado.
¡Mi cuarto de soltera está embrujado!
De todas sus esquinas salen llantos
de niños recién manipulados.
Todo esto sucede y otras cosas
en mi casa sin amo.
en Obras incompletas, 1981
No hay comentarios.:
Publicar un comentario