Versión de Juan Carlos Villavicencio
El aspecto del cielo, del color del agua del Lago Oeste, es bello.
Las criaturas en las nubes son recientes,
mientras las garzas y gaviotas duermen perezosas.
Sigo mi costumbre como en los tiempos pasados, escucho flautas
y cuerdas a lo lejos.
El viento es cristalino, la luna blanca y la noche sucede casi perfecta.
He aquí un pedazo de tierra hermosa:
¿quién anhelaría un fénix o un corcel?
En su bote un hombre solitario es igual que un inmortal.
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