¡Feliz solsticio de invierno!
Como saben, durante la mayor parte de mi carrera no me he quejado del sexismo y he seguido haciendo lo mío, pero estoy sintiendo que hay una corriente positiva en el cielo, un flujo con posibles cambios, así que quiero mencionar una cosa.
El fin de semana pasado hice dos veces un dj set en un festival en Texas. Fue un evento mágico en el que estuvieron algunos de mis músicos favoritos haciendo lo mismo: Aphex Twin, Arca, Oneohtrix Point Never y Matmos… ¡la lista es eterna! La mayoría de nosotros pinchamos música de otras personas y entre medio metíamos instrumentales de proyectos en los que estamos trabajando recientemente.
Estoy consciente de que empecé a hacer dj sets hace menos de un año de forma pública, así que es algo a lo que la gente se está acostumbrando recién y mis fans lo han recibido increíblemente bien, compartiendo mi camino musical y dejándome ser. Ha sido muy divertido y la nerd que hay en mí, editando piezas de otras personas desde hace semanas, ha podido compartir las diferentes coordenadas que siento con algunas de la música más sublime que conozco.
Pero algunos medios no pudieron comprender que no estaba actuando y concluyeron que “estaba escondiéndome detrás de una mesa”. Mientras que mis pares hombres no. Y creo que eso es sexismo y al finalizar este año tumultuoso es algo que no voy a dejar pasar, porque todos merecemos los máximos cambios en medio de esta energía revolucionaria que nos envuelve. Tiene que valer la pena.
De todos modos.
A las mujeres en la música se les permite ser cantantes, compositoras, cantar sobre sus novios. Si cambian el tema a átomos, galaxias, activismo, a ser esas nerds editoras de ritmos matemáticos o cualquier otra cosa que no sea intérpretes cantando acerca de sus seres amados, serán criticadas: los periodistas sienten que falta algo, como si nuestro único idioma fuera lo emocional.
Hice Volta y Biophilia consciente de que esos no eran temas de los que las mujeres escribieran usualmente. Sentí que me lo había ganado. En el activista Volta canté acerca de mujeres kamikazes embarazadas y suicidas y también por la independencia de las Islas Feroe y Groenlandia. En el pedagógico Biophilia canté sobre galaxias y átomos, pero no fue hasta Vulnicura, donde compartí sobre quiebre amoroso, que recibí una completa aceptación desde los medios de comunicación. A los hombres se les permite ir de tema en tema, hablar de ciencia ficción, de épocas, se les permite ser payasos y humorísticos, también ser nerds de la música que se pierden en la construcción de paisajes sonoros, pero a las mujeres no. Si nosotras no nos abrimos el pecho y sangramos por los hombres y niños en nuestras vidas, estamos engañando a la audiencia. Métanse el test de Bechdel por la raja.
Pero sé que el cambio está en el aire. Estamos caminando dentro de él. Por lo tanto, les dejo esto con amabilidad al final de este año y espero que el próximo, aunque fui lo suficientemente valiente para compartir con ustedes un clásico tema de mujeres como lo es el quiebre amoroso, tengo que cambiarme este vestuario y salir de este rol. Ustedes congelaron a Edith Piaf y Maria Callas en él (ningún documental que he visto sobre ella deja de mencionar a Onassis, pero nunca mencionan a las mujeres que le han roto el corazón a músicos hombres).
¡Hagamos del 2017 un año de completa transformación! ¡Por el derecho a la variedad para todas las chicas que están allá afuera!
Adelante.
Björk
21 de diciembre, 2016
Traducido por esmifiestamag.com
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