martes, octubre 18, 2016

“No encontró su imagen en el espejo”, de Ronald Kay





Originalmente la heroína del poema
se podía ver admirando la acción de una máquina de lavar.
Se prefirió que ella figurara
como sujeto tácito de una oración negativa simple,
para demostrar que los representantes del sexo femenino
pueden cumplir con otro orden de funciones.
En una escala mayor, en traje sastre de un tweed
sal y pimienta, en la actitud de dar la espalda
al cadáver del hombre que acaba de matar,
hubiera sido todavía el foco de atención
de las generaciones futuras. Rasgos distintivos
de este discurso son la reiterada referencia
a procedimientos fotográficos y el uso único
de la palabra carne: ambos implican
una conexión con el mundo fuera del poema.



en Variaciones ornamentales, 1979







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