Tumbado y cubierto por un abrigo blanco,
mientras la primavera se acerca,
pienso sólo en la Ciudad de la Puerta Blanca en la cual no puedo estar.
Hay dos cuartos rojos ante el frío, ocultos por la lluvia,
y una linterna en un biombo de perlas balanceando
mi solitario corazón a casa.
El largo camino adelante estará lleno de dificultades nuevas,
con breves intervalos de sueño al final de toda noche.
Aquí este par de pendientes de jade, para enviarte este recado.
Veo un solitario ganso silvestre en tres mil millas de una nube.
Pintura original de Chiang Yee
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