miércoles, septiembre 14, 2016

Última entrevista a Víctor Jara, de Ricardo García







El nuevo Long Play de Víctor Jara trae canciones campesinas, con una buena dosis de picardía auténticamente chilena. Incluye adivinanzas, entretenimientos típicos de nuestros campos. Una sola canción estreno: La Diuca. Por lo que casi titulamos «Víctor Jara muestra la diuca», para seguir con el tono del L.P. hablamos como dos horas, pero, por el momento, aquí hay una pequeña muestra de lo que Víctor opinó y contó:

La idea de hacer el disco me la sugirió un amigo, que me dijo: «Oye, y cuándo vas a grabar esas canciones alegres, divertidas, que te he escuchado por ahí?» Pensé que tenía razón, que los chilenos somos alegres, dicharacheros, con mucho sentido del humor… Por otra parte, en este vaivén de la canción comprometida, en esta discusión diaria que hay sobre ella, me pareció que se le estaba dando importancia a unos materiales que no nos corresponden; una insistencia en incluir dentro de nosotros unos ritmos foráneos que si bien son parte del patrimonio cultural latinoamericano, no podemos dejar de considerar como de fuera. Me pareció conveniente hacer un disco con este material tan chileno, tan nuestro… Además, creo necesario recordar que no todo lo chileno es quena, charango y bombo… Creo que hay mucho del centro y del sur que no puede ser olvidado.

«La Beata» la incluí en este LP porque creo que representa un auténtico sabor popular, una manera de sentir y de decir auténticamente campesina. No creo que ofenda a nadie porque hemos madurado en el conocimiento de nuestra propia literatura, de nuestra música, de nuestro folklore. La primera vez, en 1966, el disco fue prohibido porque hubo protestas de algunos medios católicos que, entonces, no comprendieron que no había intención alguna de ofender.

Bueno, en las Tradiciones peruanas de Ricardo Palma vienen muchos versos por el estilo y nadie ha dicho que tan distinguido escritor esté ofendiendo a la Iglesia. A propósito, ¿tú eres bautizado y con primera comunión?
Mira, yo respeto todo sentimiento que sea auténtico, serio, y la religión me merece un profundo respeto. Claro, yo hice la primera comunión y me confesé y todo eso.

¿Es cierto que estuviste en la Acción Católica?
Sí, cuando cabro, ahí en el barrio Blanco Encalada…, ahí conocí a mucha gente macanuda, muchos cabros que todavía los considero mis mejores amigos, algunos de ellos dirigentes de cierto nombre… Yo estudiaba en el Comercial, para ser contador, tal vez porque mi mamá tenía un negocito ahí en la Vega Poniente…

¿Es efectivo que después estudiaste para cura?
Estuve dos años en el Seminario de San Bernardo. Sí, quería ser sacerdote. Fue algo muy serio. Ahora, mirando hacia atrás, pienso que fue la soledad, el desencuentro con un mundo que de repente me pareció vacío.

¿Había muerto tu madre?
Sí, y ello significó la disolución de la familia. Yo me refugié prácticamente ahí buscando otros valores, otros afectos, tal vez algo que llenara ese vacío. Fueron dos años de mucho estudio, de mucha concentración. Ahí fue donde aprendí música… había un coro, y por supuesto yo cantaba ahí…

¿Nunca antes habías estudiado música ni cantado?
Solamente había escuchado a mi mamá y a mi papá… Mi mamá tocaba la guitarra y cantaba mucho. Así que ahí en el Seminario empecé a cantar… Claro que a los dos años me di cuenta que la decisión era muy seria y que yo no debía seguir… que no tenía real vocación para sacerdote y que estaba ahí motivado por muchas otras cosas…

Bueno, y cuando saliste del Seminario, ¿seguiste estudiando otra cosa?
No, tuve que hacer el Servicio Militar… Imagínate, pasaba del convento, como quien dice, al regimiento. ¿Te das cuenta? Después de dos años fuera del mundo, caes al Servicio Militar… Al comienzo me sentía remal… Al primer día del servicio, todos en pelotita a bañarse… Puchas, yo venía de un lugar donde el cuerpo era algo así como pecado, entonces te puedes dar cuenta lo brusco del cambio… Claro que no me costó mucho ponerme en la onda de mis compañeros.. Por todo esto, te repito que siento mucho respeto por quienes tienen un sentimiento, una fe, cualquiera que ella sea.

¿Qué opinas sobre la eliminación de la parte folklórica en el festival de Viña del Mar?
Otra careta más que se le cae a la derecha, que es la que maneja el festival. Eliminan la única expresión musical creadora, verdaderamente representativa de nuestro pueblo. Yo creo que la razón está en el desconocimiento, en la ignorancia más bastarda que significa eliminar nuestra música. Es una actitud que merece nuestro repudio más absoluto.

En la canción «La edad de la mujer» cantas: la mujer que a los cincuenta se siente sola es que se le ha enfriado la cacerola. ¿cuál es la mejor edad de la mujer?
¿La mejor edad de la mujer? Cada etapa tiene cosas maravillosas. Esto en serio. No deja de ser hermosa la etapa de los 17, como es una excelente etapa la de los treinta, y como es, también, profundamente valiosa la de una mujer de unos 45 o 50 años, cuando ya es abuelita…, y tú ves que ahora hay cada abuelita…





en Revista Ramona, 11 septiembre 1973

















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