Sobre la cumbre desolada
llueve nuevamente.
El frío atardecer anuncia
la llegada del otoño.
La luna atisba entre los pinos.
De lo alto de las rocas
fluye una vertiente cristalina.
Un leve murmullo entre bambúes
anuncia la llegada de las lavanderas.
Los lotos se mueven bajo las pequeñas olas
que provocan los botes de pesca.
La fragancia estival se lamenta y expira:
¿Cómo detenerla para que se quede?
Versión de Carlos Almonte
en Poetas chinos de la Dinastía T’ang, 1961
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