Un día de gran calor, el maestro zen Pao-Ch'e, de
Maku, se abanicaba tranquilamente. Un monje se le acercó y le hizo esta
pregunta: —La naturaleza del aire existe por todas partes, y el viento sopla
por todas partes. ¿Por qué utiliza usted un abanico, Maestro? ¿Por qué crea
usted viento? El maestro respondió: —Sabes solamente que la naturaleza del aire
existe por todas partes. ¡Pero no sabes por qué sopla el viento por todas
partes! Entonces el monje preguntó: —¿Qué quiere decir lo escrito en el sutra:
"No hay ningún lugar en el que el viento no sople"? El maestro
continuó abanicándose en silencio, el discípulo se inclinó profundamente.
en El cuenco y
el bastón (120 cuentos Zen), 1981
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