lunes, marzo 02, 2015

“Los terroristas somos nosotros (la 'gran mentira' sobre el Estado Islámico)”, de Michel Chossudovsky








Bajo el auspicio del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, con el presidente Obama presidiendo la sesión del Consejo, los Estados Unidos han hecho un llamado a que la comunidad internacional adopte fuerte medidas, a nivel nacional e internacional, para impedir el reclutamiento de combatientes por parte del Estado Islámico.

Lo que no se menciona en los reportajes de los medios de comunicación es que los jefes de Estado que han respaldado la campaña de los Estados Unidos contra el Estado Islámico, aconsejados por sus respectivos servicios secretos, saben perfectamente que los servicios de inteligencia de EE.UU. son el arquitecto oculto del Estado Islámico, el cual es parte de una vasta red de entidades terroristas “yihadistas” apoyadas por EE.UU. Los distintos países son, o bien forzados a apoyar la resolución promovida por EE.UU., o bien cómplices de su agenda terrorista. No hay otra opción.

En caso de que lo olvidemos, Arabia Saudita y Qatar han estado entrenando a los terroristas del ISIS (sigla en inglés de “Estado Islámico de Irak y Siria”), por encargo de los Estados Unidos. Así como la OTAN, en contacto con el alto mando turco, ha estado desde marzo de 2011 implicada en la coordinación y el reclutamiento de combatientes yihadistas enviados a Siria. Es más, las brigadas de ISIS, tanto en Siria como en Irak, están integradas por fuerzas especiales y consejeros militares occidentales. Todo esto se sabe y está documentado, y a pesar de ello ni uno solo de los jefes de Estado ha tenido el coraje de señalar lo absurdo de la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas promovida por EE.UU., que fue adoptada por unanimidad el 24 de septiembre.

Llamar “absurdo” a lo que está pasando es quedarse corto. De lo que estamos siendo testigos es de un proyecto criminal bajo el auspicio de las Naciones Unidas. Pese a que la diplomacia internacional se basa con frecuencia en el engaño, las mentiras de la política exterior de EE.UU. ya no son creíbles. Estamos siendo testigos de una rotura total de la práctica diplomática establecida. La “Verdad Prohibida” es que el Estado Islámico es un instrumento de Washington; un “recurso de la inteligencia” de EE.UU. ISIS no es una entidad independiente, ni un “enemigo exterior” que amenaza la seguridad global, como transmiten los medios de comunicación occidentales.


Aunque todo el mundo sabe esto, la gran mentira prevalece. La Mentira se convierte en la Verdad

La resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas hace un llamado a los estados miembros para que “supriman el reclutamiento, organización, transporte, equipamiento y financiación de combatientes terroristas extranjeros”. Especialmente, la resolución apunta a la “necesidad urgente de implementar esta resolución con respecto a esos combatientes terroristas extranjeros asociados con ISIS, ANF (Frente A-Nusrah), y otras células, afiliados, grupos separados o derivados de Al-Qaeda”.

¿Pero no son estos precisamente los “combatientes por la libertad de la oposición” entrenados y reclutados por la alianza militar occidental en su cruzada para derrocar al gobierno de Bashar Al Assad? Los combatientes del ISIS son los soldados de a pie de la alianza militar occidental. Su mandato tácito es sembrar el caos y la destrucción en Siria e Irak, actuando de parte de sus promotores de EEUU. El objetivo final es transformar países en territorios.

Los líderes políticos presentes en la sesión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aplaudieron la iniciativa contraterrorista de EE.UU. El presidente de Francia, François Hollande, señaló que “el terrorismo ha tomado una nueva dimensión, y quiere ahora conquistar territorio”. Varios aliados de EE.UU. incluyendo Jordania, Turquía, Arabia Saudita y Qatar, que están actualmente implicados en el apoyo a ISIS y Al Nusrah, se han implicado ahora en los ataques aéreos promovidos por EE.UU. que tienen supuestamente como blanco el ISIS dentro de Siria.

Turquía y Jordania son países fronterizos con Siria. Arabia Saudita y Turquía comparten frontera con Irak. La implicación militar directa de estos países apunta a un escenario de escalada de la guerra sectaria extendiéndose desde el Mediterráneo a Asia Central. Al respecto, Turquía ya ha anunciado que se implicará en acciones dentro de Siria e Irak. El recientemente elegido primer ministro Ahmet Davutoğlu anunció (un día antes de la reunión del Consejo de Seguridad) que su gobierno buscará el apoyo del parlamento turco para intervenir militarmente tanto en Irak como en Siria. Lo que está en juego aquí es una llamada “zona de exclusión aérea” disfrazada, una justificación para bombardear Irak y Siria bajo una misión “contraterrorista”, dirigida principalmente contra la infraestructura económica, como también contra la población civil.

Los arquitectos políticos del Estado Islámico, incluyendo el presidente Obama, el primer ministro Cameron y sus homólogos en Francia, Turquía, Arabia Saudita y Qatar, están ahora librando una campaña militar contra el Estado Islámico, el cual crearon ellos mismos. Se contempla también el poner tropas en terreno. Según fuentes del gobierno iraquí, EE.UU. enviará 13.000 soldados a Irak.

¿Los líderes de los países occidentales son totalmente ignorantes y estúpidos, o totalmente corruptos y cómplices? Es más, parecen ignorar completamente las implicaciones a gran escala de sus acciones. La propaganda es un acto criminal según Nuremberg: Crimen contra la Paz. Con su ratificación de las mentiras y montajes de la política exterior de EE.UU., los medios de comunicación de masas son cómplices de crímenes de guerra. En realidad, los terroristas somos nosotros.

El primer ministro de Gran Bretaña, David Cameron, llevará el asunto al parlamento británico. Se contempla la revocación de la ciudadanía tanto en Gran Bretaña como en Canadá para aquellos sospechosos de apoyar el movimiento yihadista. Al tiempo que el primer ministro de Gran Bretaña ha hecho un llamado al gobierno de su Majestad para que “restrinja o rescinda el pasaporte a británicos yihadistas”.

Irónicamente, el primer ministro Cameron es cómplice de facilitar y organizar dentro de Reino Unido el reclutamiento de británicos yijadistas. De hecho, uno puede sugerir, mientras se espera la formulación de cargos criminales, que su pasaporte debería ser revocado por “apoyar al movimiento yihadista”.

George W. Bush afirmó en el año 2001, “o estás con nosotros o estás con los terroristas”. La verdad prohibida es que EE.UU. está implicado en una empresa diabólica: primero, está con los terroristas, ya que ha creado una red de terror islámica con vistas a destruir países soberanos, y, segundo, ahora está librando una guerra contra su propia red de terror: un enemigo creado a la medida el 11/9. Sin la propaganda de los medios de comunicación, esta agenda militar disfrazada de contraterrorismo se vendría abajo, se derrumbaría como un castillo de naipes.

El presidente de EE.UU. y su aliado británico son los verdaderos terroristas. Ellos son los Estados que apoyan el terrorismo, con vistas a librar una posterior guerra de conquista. Y las Naciones Unidas son cómplices en esta empresa.



en Global Research, 8 de enero de 2015

Traducido por Mariola García Pedrajas













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