sábado, marzo 14, 2015

“Eternidad”, de Li Ch’ing Chao








Anoche, por el vino, me despeiné ya tarde.
En el ramo, ahora seco, bailan pétalos de ciruelo.
El sueño de primavera es fragmentado
por el sabor del vino:
Despierto a este presente y no a otro.

La luna, arriba, está quieta.
Cierran las alas las cortinas... Y sin embargo
todavía rozo estos pétalos caídos.
Aún me envuelve este perfume
que no termina de irse.

Y toco este momento todavía
y para siempre.



en Mejores poesías chinas, 1966








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