Tres
poemas
*
Nos quedamos quietos ante el sol
intacto,
estatuas
de sal, quemados
los
ojos.
Esperamos
del mar de los sargazos
el
retorno de un madero:
Nuestros
propios desaciertos.
*
El murmullo que mis labios
repasan
con desgano
contiene
otra manera de nombrarte
infinitamente
más pequeña:
-ésta,
en que ejercito mi nostalgia.
*
Para marcar el sendero en que
retorno
escupí
sobre tus huellas.
Vuelvo
atrás mas no encuentro la salida
hacia
el claro de un poema, me extravío
en
la mitad de la insólita foresta
que
ha crecido alrededor de tus cabellos:
sin
hallar una ventana iluminada
regreso
nuevamente
siguiendo
el paso de tu huella.
en Bocado, 2011
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