Versión de Juan Carlos Villavicencio
Magnífico que un bote pintado lleve vino al lago del poniente.
Urgentes los ritmos y tantas melodías,
imperiosa la cita con una taza de jade,
mientras suaves flotan en tranquilas olas y se atiende al borracho
que ya duerme.
Las nubes que se mueven de alguna manera están bajo el barco
que se mueve
donde el agua vacía es clara y fresca.
Busco, miro hacia abajo, persisto
y siento como si hubiera otro cielo en este lago.
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