lunes, diciembre 22, 2014

“En la cantina”, de Malcolm Lowry








Ebrios de agua salada, sedientos de desastre,
los derelictos no sueñan con ser barcos:
la calamidad nunca los abandona a favor
del susurro de los cabos o el todo está bien del gaviero.
Neuróticos en un Atlántico de muerte
desolados pero ávidos del aliento ajeno,
nadan con negro genio bajo las negras aguas,
y enterrados de pie como Ben Jonson,
aunque dieciocho peniques aquí son una pérdida total;
y Tarquino seguro de una presa secuestrable
mientras otros buscan a tientas el barandal,
con la vista clavada al piso.




en Un trueno sobre el Popocatépetl, 2000








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