Colo Colo, el equipo de nuestros amores,
Ha ganado una nueva estrella
Para el firmamento de su muy glorioso escudo,
Y nosotros, colocolinos de tomo y lomo;
Nosotros, que llevamos al indio en el corazón
Y que no hemos trepidado en llegar a las manos
por defender su nombre;
Nosotros, que somos capaces de recitar la alineación
completa
-incluida la banca-
De cualquier partido jugado en el país o en el
extranjero;
Nosotros, los del último pliegue de la galería,
Incondicionales en las buenas y en las malas,
Nos apersonaremos a la directiva de nuestra querida
institución
A pedir, más bien a exigir,
Que se nos preste esta flamante estrella
Así más no sea por un solo fin de semana.
Para qué querrán estos locos una estrella, se preguntarán
ustedes.
Vayan anotando:
1. Para alumbrar el cuarto de la abuelita a la
que le cortaron la luz.
2. Para adornar el velatorio de nuestro último angelito
muerto de diarrea.
3. Para tapar las goteras.
4. Para cubrir el agujero de nuestros zapatos.
5. Para ponerla bajo la pata de la mesa,
crónicamente coja.
6. Para hacerla hervir junto a los huesos de la semana
pasada.
7. Para dejarla como garantía en el boliche de la
esquina a cambio de la matinal y urgentísima caña.
8. Para pegarla como calcomanía en los letreros NO HAY
VACANTES y así hacerlos un poco más amenos.
9. Para mostrársela al chofer del micro y, poniéndole
la cara, rogarle: “Oiga, nos lleva por una estrella”.
10. Para colgárnosla como un medallón en el pecho e
irnos a pasear a las calles alegres, engatusando con su brillo olímpico a las
putas más pintadas, las que, seguro, sensibles y amorosas como son ellas,
caerán redonditas a nuestros brazos -y hasta puede que nos den una gratis-,
porque al fin y al cabo ellas también son chilenas, y Colo Colo es Chile, ¿o
no?
en La Tercera, 15 de octubre de 2014
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