Levanta
pueblo oprimido
el
grito de Caupolicán
levantemos
brazos fuertes
y
rompamos el eslabón.
La
unidad son la tierra
no
permitiremos la guerra,
solo
con la libertad
y
el campo dorado
de
un hermoso trigal.
Escucha
peñi querido,
busca
como pobre cincel,
la
juventud alzará la mano
y
la dejará caer.
Haciéndolo
dos pedazos
volveremos
otra vez,
con
la libertad y justicia
de
los toquis y caciques, al nacer
como
Lautaro montando en su caballo,
de
justicia y dignidad.
en Antología de poesía política mapuche,
2012
Paulo Huirimilla,
Antologador
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