Los
pelotudos escuchaban y escuchan rock and roll,
yo
pensaba en cowboys, hombres que llevan los
huesos
familiares a través de los pueblos, como
llevábamos
mercaderías desde Chile a Argentina.
Y
me decían chileno, yo que soy hijo de un jefe
de
policía y que crecí creyendo en la justicia de los golpes.
Los
padres mienten a los hijos por piedad y
esos
hijos mentirán alguna vez por olvido.
Nunca
salí de mi casa a pasear, iba de visita.
Calles,
pasajes, peatonales alineadas como
las
vías de un largo ferrocarril sin estaciones.
Salía
sin más, por salir, y cuando preguntaba Elly,
mi
mujer, ¿dónde fuiste? Respondía: amigos.
en Trasandino, 2012
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