Ed
Gein –el carnicero
de
Plainfield- camina
va
saltando entre sus muebles
tapizados
con piel humana
las
cabezas convertidas
en
platos soperos
mientras
los beat al son
de
un On the road
unplugged todavía
anuncian
el supuesto fin del
sopor
y la tranquilidad
en
las tardes aburridas
de
Denver City
Kerouac
& Cia. se solazan
culeando
volados en las noches
en
los límites del Middle West;
Gein
se pone su collar de labios
su
chaleco de pezones y vaginas
ve
la hora y concienzudo
revisa
en el sartén que el corazón
de
la cena no se pase
de
sal ni se queme. Luego
aspira
el humo del cigarro
que
deja de inmediato sobre el cráneo
convertido
en cenicero gore
de
una vida escenográfica y veloz
No
sabemos si piensa
o
no en la carretera
La
contracultura americana
lleva
un tiempo ya curtiendo
los
pellejos de un montón
de
cadáveres antes que
Moriarty
y Sal Paradise
subieran
en Cadillac a la 66
o
pasearan ebrios por Larimer Street
entre
botas y vaqueros de post-guerra
en Whitechapel, 2009
No hay comentarios.:
Publicar un comentario