brno
me gustan las ciudades impronunciables como destino para un
viaje, pero luego acabo yendo a las más fáciles. habrá que ir a Brno, pero
Kundera no se dejará entrevistar jamás. seguiré yendo a Barcelona pero non si sa si Vila-Matas me abrirá algún
día una puerta. Quiero ir a Ljubljana, desde hace años. Y desde el primer
anhelo esloveno pienso que debo ir sola. El pienso es el alimento de los
perros.
*
en el
disparadero de salida
donde
casi todas las palabras empiezan terminan o contienen A,
donde
se agrupan las ganas, con toda mi vida metida en una caja
en voz alta
Cuándo llegué por primera vez a los Estados Unidos, tenía 19
años y necesitaba un altavoz, estaba en el aeropuerto Kennedy y sólo supe decir
loud voice. Otra vez se me cayó un smint en el pantalón de un checo. No es
un escupitajo del que me enorgullezca demasiado. Cuando fui a Santiago de Chile
desde Osorno, en autobús, me dieron manta, café y galletas. Fueron 24 horas de
viaje pero en España no me han cuidado tanto en ningún trayecto. De ningún lado
hacia ninguna parte. Había dos conductores y uno se echó a dormir en el asiento
contiguo, me utilizó de cojín y a un cierto punto incluso me pareció correcto.
Yo también me hubiera agarrado a cualquier teta en aquel momento.
*
qué
arrastro de mí, y qué rastro hay de mí;
dejo
y llevo, pero participo poco del juego
entre
el afuera y el adentro
deadline
voy en dirección al aeropuerto, ellos se están yendo. vuelvo y
ellos llegan. durante un rato paladeo la necesidad de tener una maleta enorme y
nada más. Ir, y ya se verá. Qué macabro
el ex profeso, la combinación de romanticismo, aventura y riesgo.
*
no sé
qué haz es mejor,
si el
imperativo o el de luz
Inédito,
2014
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