jueves, abril 03, 2014

"El norte de Chile", de Andrés Sabella





Aquí la tierra vive dentro de su propia sombra,
vive en equilibrio de inmensidad,
mirándose en larguísima vigilia.

Es la tierra donde la piedra habla a las piedras,
donde un coro de piedras
va de sí hasta lo infinito.

Despertando la desolación de las arenas,
rozando el hombro de los quiscos,
el viento vuela con el cielo a su espalda.

El viento pampino,
correo de los mineros
que gritan su esperanza al oído del azar.
¡Patria salitral, patria del cobre anegado en su misma sangre!

No busques un rostro para colocarlo a la estatua rota de los tiempos:
¡allí lo tienes!

Furiosamente, el sol toca sus labios. La distancia es su cabello.

Un día, la sed soñó un juguete: nació el espejismo.

Otro, un cateador acarició la altura: nacieron los pimientos...
Los "rotos" lo fundaron en sudores,
caminando su misterio.





en Hombre de cuatro rumbos, 1978













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