Los peces nacen en el agua,
el hombre nace en el Tao.
Si los peces, nacidos en el agua,
buscan la sombra profunda
del estanque o la alberca,
todas sus necesidades
son satisfechas.
Si el hombre, nacido en el Tao,
se hunde en la profunda sombra
de la no-acción,
para olvidar la agresión y las
preocupaciones,
no le falta nada
y su vida es segura.
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez
es perderse en el agua.
Todo lo que necesita el hombre es perderse
en el Tao".
en El camino de Chuang Tzu, 2005
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