martes, noviembre 26, 2013

"Bienes muebles", de Fernanda Trías

Fragmento


Viernes 3 am

Todo coexiste. La cronología es artificial, sólo determinada por la emoción. Cuando resbalé por la escalera del bar, incluso antes de partirme el labio, ya estaba resbalando por la escalera de La Boca —las mismas botas, los mismos escalones de madera gastada— el día en que mi padre murió. Quizá mi padre ya estuviera muerto entonces (queremos esquivar la muerte que ya nos mató). Resbalo. Estoy borracha pero menos que otras veces, manoteo la baranda, veo la sonrisa de Ada que me habla desde el descanso, unos escalones más abajo, y la sonrisa no tiene tiempo de deshacerse porque antes me deshago yo: caigo. Y qué larga puede ser una caída. Ada me levanta. Creo que nuestra relación está terminada. No queda nadie en el bar más que los chicos de la barra; están cerrando. Me ven, supongo, con las manos llenas de sangre envolviéndome la boca. Me alcanzan un trapo con hielo y me acuestan en un sillón. Pienso que tengo las manos sucias, que no llegué a lavármelas al salir del baño. Recuerdo entonces que fue al revés: mi padre murió hace tres meses. ¿Qué escalera sucedió primero? Dormito con el hielo apretado en la boca. Cuando abro los ojos, veo a Ada bailando sola en el bar vacío, las sillas dadas vuelta sobre las mesas. Todo coexiste. El artificio es cronológico.







en Desaires, 2013













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