A semejanza
del que busca su aliado en el sueño
Yo
soy de mi amor tanto como del azar
De
sus brazos que son las columnas del cielo
De
sus ojos más adorables que oasis de fuego
Sobre
el libro del prisionero de la noche
En
la piel de sus hombros que un astro soberbio encendía
Yo abandonaba
mis labios para siempre
El
oído con su puñal de dientes de salamandra
Los
preciosos faisanes que veían allí
Un
motivo para no huir
A semejante
fascinación
El
oído con sus risas de alga
Llegaba
a ser el deseo
Mi
lengua el placer
Bajo
sus axilas de felpa sangrante
Vedme
en ella
Como
una llama sobre otra
Mi
ojo en su mano
Con
sus cabellos de nube
Yo soy su mejor azar
Su
semejanza con el sueño
De
la sanguinaria
en El gran júbilo, 1942
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