1.
Aprendí
a arrodillarme
ante
delantales pulcros
como
si fueran santas,
les
habría hecho un altar
con
mis velas de cumpleaños,
flores
plásticas que simulan
tonalidades
ocres de capilla.
2.
Eran
demasiado hermosas y violentas
por
la inseguridad de ser puras;
nadie
más dormirá en sus habitaciones
empapeladas
con estampitas de ángeles
y
siempre llevarán el pelo perfumado
a
shampoo de manzanilla.
3.
Cada
recreo nos sentábamos en la biblioteca
la
espalda recta en la silla de madera
para
mirar
con
detención
ilustraciones
del Renacimiento.
4.
Tratábamos
de entender
esos
cuerpos proporcionados, voluptuosos,
que
dialogan alegres
con
serpientes y granadas al sol.
5.
Queríamos
recordar las estaciones
de
total ingenuidad
desnudas
sobre la maleza
con
la lluvia cayéndonos encima
como
una bestia que rasguña
para
interrumpir el letargo
sin
herir la piel.
en La virgen de las antenas, 2011
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