También muchas mujeres y chicas van por la Alexanderstrasse y la Alexanderplatz, con un feto en el vientre al que la ley protege. Y mientras, fuera, las mujeres y las chicas sudan con este calor, el feto se está tranquilamente en su rincón, la temperatura es exactamente la que le conviene, y se pasea por la Alexanderplatz, pero muchos fetos no lo pasarán bien luego, harían mejor en no cantar victoria demasiado pronto.
Y hay otros que andan por allí, robando lo que pueden, unos tienen la tripa llena, otros piensan en cómo llenársela. Los almacenes Hahn están completamente derruidos, pero los demás edificios están llenos de tiendas, aunque sólo parecen tiendas, en realidad no son más que gritos, gritos de reclamo, trinos, arrullos, gorjeos sin bosque.
Y volví el rostro y vi todas las injusticias que hay bajo la capa del cielo, y he aquí que había lágrimas en los que padecían injusticia sin que nadie los consolara, y los que cometían la injusticia eran demasiado poderosos. Y alabé a los muertos, porque habían muerto ya.
A los muertos elogié. Cada cosa tiene su tiempo, coser y desgarrar, conservar y arrojar. A los muertos elogié, que yacen bajo los árboles, que duermen.
1928
Traducción de Miguel Sáenz
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