lunes, enero 14, 2013

"Los hombres barbados", de Clemente Riedemann

-blason des arts-




Al amanecer, vienen por la avenida los hombres barbados. Altos árboles les flanquean la entrada. Al fondo del sendero les esperan los asesinos.

Los caballos relinchan en las quebradas. La luz se filtra por entre los ramajes. Hay un aroma de murtas y otro aroma de maqui. Por boca de los hombres hablan las palabras.

Traen en los brazos una gran daga. En su empuñadura relucen los diamantes. Al fondo de la avenida les espera el vino, el laurel húmedo, las canciones. Vienen de amanecida por el camino. De sus orejas penden aros de magnetia. Llevan antifaz de latón, de oro, o de hierro, les hace ver más bellos de lo que son. Un rey, entre ellos, pronuncia el santo y seña.

Ya se escuchan los vítores, las maldiciones. Les arrojan claveles, les amenazan. Vienen por el camino de las guerras paganas, los poetas del mundo, los salteadores.










en Isla del Rey, 2003









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