a
nadie le importó
quién
se iba primero
o
quién pagaba la cuenta
de
estos cuatro meses
jamás
beberemos
tanto
como entonces
ni
tendremos la sensación
de
ser tan felices
teníamos
el corazón tan cargado
que
nos arrastrábamos
como
imanes
a
la misma noche
a
la misma mesa
al
mismo vacío
que
no podíamos dejar
y
nos dolía tanto
al
mismo flamenco
teñido
de apareamiento
que
caía seco
en
las sillas plásticas del bar
al
mismo engaño
que
jamás fue
sino
el pliegue de una mirada
en
dirección a la misma lejanía
al
mismo espacio inconsolable
que
era también
la
única forma
de
entrega
en Vidrio molido, 2011
1 comentario:
Hola: Creo que no habéis publicado nada de Alksndr Blök, un poeta interesante:
http://francesc-arrahona.blogspot.com.es/2013/01/no-temas-la-muerte.html
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