miércoles, junio 13, 2012

"Grecia nos salvará", de Slavoj Zizek





Al final de su vida Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, hizo la famosa pregunta «¿qué quiere una mujer?», admitiendo su perplejidad frente al enigma de la sexualidad femenina. Similar perplejidad surge hoy: «¿Qué quiere Europa?» esta es la pregunta que ustedes, los griegos, están dirigiendo a Europa. Pero Europa no sabe lo que quiere. El modo en que los estados europeos y los medios de comunicación se refieren a lo que está pasando hoy en Grecia, creo que es el mejor indicador de la Europa que pretenden. Es la Europa neoliberal, la Europa de los estados aislacionistas. Los críticos acusan a Syriza [1] de ser una amenaza para el euro, pero Syriza es, al contrario, la única posibilidad que tiene Europa. ¿Qué amenaza?. Ustedes están dando a Europa la posibilidad de salir de su inercia y encontrar una nueva vía.

En sus notas sobre la definición de cultura, el gran poeta conservador Thomas Eliot subrayó esos momentos en que la única elección es entre la herejía y la incredulidad, momentos en que el único modo de mantener la creencia, de mantener viva la religión, es desviarse drásticamente de la vía principal. Esto es lo que ocurre hoy en Europa. Solo una nueva herejía –representada en este momento por Syriza– puede salvar lo que merece la pena salvar de la herencia europea, la democracia, la confianza en las personas, la solidaridad igualitaria. La Europa que vencerá, si Syriza no gana, será una Europa con valores asiáticos y, naturalmente, estos valores no tienen nada que ver con Asia, sino con la voluntad actual y evidente del capitalismo contemporáneo de suspender la democracia.

Se dice que Syriza no tiene suficiente experiencia para gobernar. Estoy de acuerdo, le falta experiencia sobre cómo llevar a la ruina un país, engañando y robando. Ustedes no tienen esa experiencia. Esto nos lleva al absurdo de la política europea: nos sermonea sobre pagar impuestos, oponiéndose al clientelismo griego al tiempo que pone todas sus esperanzas en la coalición de dos partidos que han llevado a Grecia a ese clientelismo.

Christine Lagarde [2] ha afirmado recientemente que tiene más simpatía por los pobres de Niger que por los griegos, y también ha aconsejado a los griegos que se ayuden a sí mismos pagando impuestos, que, como he podido comprobar hace pocos días, no deben pagar. Como todos los liberales humanitarios, ama a los pobres impotentes que se comportan como víctimas, evocando nuestra simpatía e inclinándonos a la caridad. Su problema es que sí, sufren, pero ustedes no son víctimas pasivas: resisten, luchan, no piden comprensión ni caridad, ustedes reclaman solidaridad activa. Demandan y reivindican una movilización, apoyo para vuestra lucha.

Se acusa a Syriza de promover utopías de izquierda, pero la utopía es el plan de austeridad impuesto por Bruselas. Todos saben que este plan es ficción, que el estado griego no podrá jamás pagar la deuda. ¿Por qué Bruselas impone estas medidas? Su propósito no es salvar a Grecia, sino salvar a los bancos europeos.

Estas medidas no son presentadas como decisiones basadas en opciones políticas, sino como una necesidad impuesta por una lógica económica neutral. Como si dijéramos: si queremos estabilizar nuestra economía, nos tenemos que tragar esta píldora amarga. O, como dicen los proverbios tautológicos: no se puede gastar más de lo que se tiene. Los bancos americanos y Estados Unidos llevan decenios demostrando que sí se puede gastar más. Para ilustrar el error de las medidas de austeridad, Paul Krugman [3] las compara a menudo con la práctica medieval de las sangrías. Una metáfora pertinente, que pienso puede ser más extremada. Los médicos europeos, ignorando cómo funcionará el tratamiento, los están usando a ustedes los griegos como conejillos de indias, están desangrándolos, no a sus países. No hay sangrado para los bancos alemanes y franceses. Al contrario, están recibiendo grandes transfusiones.



El buen sentido radical

¿Es realmente Syriza un grupo de peligrosos extremistas? No, Syriza está aportando un pragmático buen sentido para abortar la confusión generada por otros. Los soñadores peligrosos son los que pretender imponer las medidas de austeridad. Los verdaderos soñadores son los que piensan que las cosas pueden seguir así, indefinidamente, haciendo algunos cambios cosméticos. Ustedes no son soñadores: ustedes están despertando de un sueño que se está transformando en una pesadilla. Ustedes no están destruyendo nada, están reaccionando al modo en que el sistema está gradualmente destruyéndose a sí mismo. Todos conocemos la clásica escena de los dibujos animados de Tom y Jerry: el gato alcanza el precipicio y continúa caminando, ignorando que no hay suelo bajo sus píes. Solo cuando mira hacia abajo se da cuenta que cae al vacío. Esto es lo que están haciendo: están diciendo a los que están en el poder, «¡eh, mira hacia abajo!» y se caen.

El mapa político de Grecia está claro. En el centro hay un solo partido, con dos alas, derecha e izquierda, Pasok [4] y Nueva Democracia (ND) [5]. Es, como la Cola, Coca o Pepsi, una elección que no lo es. El verdadero nombre de este partido, si se meten Pasok y ND en el mismo saco, debería ser algo así como NMCED, Nuevo Movimiento Helénico Contra la Democracia. Naturalmente este gran partido dice estar a favor de la democracia, pero yo digo que será a favor de una democracia descafeinada, como el café sin cafeína, la cerveza sin alcohol, el helado sin azúcar. Hablan de democracia, pero de una democracia donde en vez de hacer una elección, la gente se limita a confirmar lo que los expertos dicen lo que hay que hacer. ¿Buscan un diálogo democrático? Sí, pero como los últimos Diálogos de Platón, en los que un niño habla todo el tiempo y otro solo dice de vez en cuando, «¡por Zeus, así es!»

Luego está la elección. Ustedes, Syriza, el auténtico milagro, movimiento de izquierda radical, que ha salido de la cómoda posición de resistencia marginal y se ha dispuesto valerosamente a tomar el poder. Este es el motivo por el cual ustedes deben ser castigados. Este es el porqué de un reciente artículo escrito por Bill Freyja en la revista Forbes bajo el título «Darle a Grecia lo que se merece: comunismo». Cito: «Lo que el mundo necesita, no lo olvidemos, es un ejemplo contemporáneo del comunismo en acción. ¿Qué mejor candidato que Grecia? Échesela de la Unión Europea, interrúmpase el flujo libre de euros y devuélvasele al viejo dracma. Después, vean qué ocurre durante una generación». En otras palabras, Grecia debería ser castigada de modo ejemplar para acabar de una vez por todas con la tentación de una solución radical de izquierda a la crisis.

Sé que la misión de Syriza es casi imposible. Syriza es la extrema izquierda, es la voz pragmática de la razón, que contrasta con la loca ideología del mercado. Syriza necesitará de la formidable combinación de principios políticos y pragmatismo sin compromiso democrático, además de la capacidad de actuar rápidamente y sin miramientos cuando sea necesario. Para que Syriza tenga una oportunidad, incluso una mínima oportunidad de éxito, será necesaria una solidaridad pan–europea.



Cambiar Grecia

Pienso que ustedes, aquí en Grecia, deben evitar el nacionalismo fácil, todos esos discursos acerca de que Alemania quiere volver a ocupar Grecia, destruirla y cosas así. Vuestra primera tarea es la de cambiar las cosas aquí. Syriza deberá hacer el trabajo que otros tenían que haber hecho. El trabajo de construcción de un estado mejor, moderno: un estado eficiente. Deberán hacer un trabajo de recuperación del aparato estatal del clientelismo. Es un trabajo duro, exento de entusiasmo: lento, duro, tedioso.

Vuestros críticos pseudo–radicales dicen que la situación no está todavía madura para un cambio social. Que si ustedes toman el poder ahora, no harán más que ayudar al sistema, haciéndolo más eficiente. Si he comprendido bien, esto es lo que el KKE [6], el partido de quienes todavía viven porque se olvidan de morir, está diciendo.

Es cierto que vuestra élite política ha demostrado su incapacidad para gobernar, pero no hay nunca un momento exacto en que la situación sea la completamente idónea para el cambio. Si esperan ese momento, el momento idóneo no llegará jamás. Nunca se interviene en el momento exactamente adecuado. Por tanto, están ante una elección: o esperan cómodamente y ven cómo se desintegra vuestra sociedad, como proponen algunos otros partidos de izquierda, o intervienen heroicamente, plenamente conscientes de la dificultad de la situación. Syriza ha hecho la elección adecuada.

Pienso que vuestros críticos los odian porque, en su interior, saben que ustedes tienen el valor de ser libres y actuar como personas libres. Cuando se mira a los ojos, la gente comprende, al menos por un instante, que se le está ofreciendo su libertad. Están atreviéndose a hacer lo que ellos sueñan hacer. En este instante, son libres. Son uno con ustedes. Pero solo es un momento. Vuelve el miedo y los odiarán otra vez, porque tienen miedo de su libertad.

¿Cuál es entonces la elección que, ustedes los griegos, habrán de afrontar el 17 de junio? Deben tener en cuenta la paradoja que sostiene la libertad de voto en las sociedades democráticas: ustedes son libres de elegir, a condición de que hagan la elección correcta. Porque cuando la elección es errónea, por ejemplo cuando Irlanda votó contra la constitución europea, esa elección es tratada como un error. Entonces repiten la votación, para que las personas alumbren la decisión adecuada. Por esto el establishment europeo está preso del pánico. Piensan que quizá no merecen vuestra libertad, porque existe el peligro de que hagan la elección equivocada.



Café sin leche

En Ninoska (1939) de Ernst Lubitsch aparece una broma maravillosa: el protagonista entra en una cafetería y pide un café sin crema. El camarero responde «lo siento, se nos ha acabado la crema, solo tenemos leche. ¿Quiere un café sin leche?» En ambos casos se tomará solo el café, pero pienso que la broma es acertada. También la negación es importante. Un café sin crema no es lo mismo que un café sin leche. Ustedes se encuentran hoy en la misma difícil situación. Tienen austeridad, pero ¿tienen el café de la austeridad sin crema o sin leche? Aquí es donde el establishment europeo hace trampa. Se está comportando como si ustedes tuvieran el café de la austeridad sin crema. Es decir, los frutos de vuestro esfuerzo no solo beneficiarán a los bancos europeos: les están ofreciendo también un café sin leche. Ustedes serán los que no se beneficiarán de vuestros sacrificios y dificultades.

En el sur del Peloponeso hay mujeres que son las encargadas de llorar en los funerales, de hacer un espectáculo para los parientes del difunto. No hay nada de primitivo en esto. Nosotros, en nuestras sociedades desarrolladas, hacemos exactamente lo mismo. Piensen en este maravilloso invento, quizá la mejor contribución de Estados Unidos a la cultura mundial: las risas enlatadas. Las risas que forman parte de la banda sonora de los programas de televisión. Vuelves a casa cansado, enciendes la tv en uno de estos estúpidos programas tipo Cheers o Friends. Te sientas y la tv ríe también por ti. Desgraciadamente, funciona.

Así es como los que detentan el poder, el establishment europeo, quiere ver no solo a los griegos sino a todos nosotros: mirando a la pantalla y observando cómo sueñan los otros, cómo lloran, cómo lloran. Hay una anécdota, apócrifa pero maravillosa, sobre el intercambio de telegramas entre el cuartel general del ejército alemán y el austriaco durante la primera guerra mundial. Los alemanes envían un mensaje a los austriacos: «Desde nuestro frente vemos la situación grave pero no catastrófica». Los austriacos responden: «Desde el nuestro, la situación es catastrófica, pero no grave».

Esta es la diferencia entre Syriza y los otros: para ellos la situación es catastrófica pero no grave, las cosas pueden seguir como hasta ahora, mientras que para Syriza la situación es grave, pero no es catastrófica y por eso el valor y la esperanza deben sustituir al miedo. Por tanto tienen ustedes delante, por decirlo con el título de una vieja canción de The Beatles, una long and winding road. Cuando hace años la guerra fría amenazaba con estallar, John Lennon escribió una canción, all we are saying is give peace a chance. Hoy, quiero escuchar una nueva canción en toda Europa, «todo lo que estamos diciendo es dar una oportunidad a Grecia».



La revolución en la propia casa

Consiéntanme una referencia a una de las grandes, quizá la más grande, de las tragedias clásicas, Antígona: no combatir batallas que no sean las tuyas. En mi idea de Antígona, tenemos a Antígona y a Creonte. Son de la clase dirigente. Un poco como Pasok y Nueva Democracia. En mi versión de Antígona, mientras los dos miembros de las familias reales están combatiendo entre ellos, amenazando con enviar a la ruina al estado, me gustaría ver al coro, las voces de las personas, salir de su estúpido rol de acompañamiento sentencioso, apoderarse de la escena, constituir un comité público de poder popular, arrestarlos, a Creonte y Antígona, y dar vida al poder del pueblo.

Permítanme ahora acabar con una nota personal. Odio a la izquierda tradicional, intelectual, que ama la revolución, pero la revolución que tiene lugar en algún sitio lejano. Así era de joven: cuanto más lejos, mejor, Vietnam, Cuba, todavía hoy, Venezuela. Pero ustedes están aquí y los admiro. No tienen miedo a involucrarse en una situación desesperada, sabiendo qué las probabilidades están en vuestra contra. Por esto los admiro. Hay también un oportunismo de principio, el oportunismo de los principios. Cuando se dice que la situación está perdida, que no podemos hacer nada, porque significaría traicionar nuestros principios, esta parece ser una posición coherente, pero en realidad es una forma extrema de oportunismo. Precisamente Syriza es un evento único de esa izquierda –en contradicción con lo que hace habitualmente la izquierda extraparlamentaria, que se preocupa más de la violación de los derechos humanos de cualquier criminal que de los millares de seres humanos que mueren– que ha encontrado el valor de hacer algo.







en Il manifesto, 8 de junio de 2012










Notas Dscntxt

[1]
Coalición de la Izquierda Radical de Grecia
[2] Actual directora gerente del Fondo Monetario Internacional
[3] Premio Nobel de Economía 2008, actualmente profesor de Economía y Asuntos Internacionales en la Universidad de Princeton
[4] Movimiento Socialista Panhelénico
[5] Principal partido de centro-derecha de Grecia
[6] Partido Comunista de Grecia








2 comentarios:

Li PO dijo...

Parte las aguas la afilada proa,
El barco tiene cien pies de largo.
Un viento fresco infla la vela,
A lo lejos se pone el sol.
El vino que bebíamos al despedirnos
Aún está ahí, pero tú ya te fuiste.
Pienso en ti y ya no te encuentro
Tristemente contemplo el agua azul

Li PO dijo...

Parte las aguas la afilada proa,
El barco tiene cien pies de largo.
Un viento fresco infla la vela,
A lo lejos se pone el sol.
El vino que bebíamos al despedirnos
Aún está ahí, pero tú ya te fuiste.
Pienso en ti y ya no te encuentro
Tristemente contemplo el agua azul