Elis, cuando el mirlo llama en el oscuro bosque,
ese es tu ocaso.
Tus labios beben la frescura de la azul fuente
del roquerío.
Deja que tu frente sangre levemente
antiguas leyendas
y la oscura interpretación del vuelo de los pájaros.
Aunque caminas con suaves pasos en la noche,
que cuelga repleta de púrpuras uvas
y mueves de manera más hermosa tus brazos
en lo azul.
Un espino resuena
donde están tus ojos de luna.
Oh, hace cuánto, Elis, que estás muerto.
Tu cuerpo es un jacinto
en el que un monje sumerge sus dedos de cera.
Una oscura caverna es nuestro silencio,
de ella se asoma a ratos un tierno animal,
y lento baja los párpados pesados.
Sobre tus sienes gotea negro rocío,
el último oro de derruidas estrellas.
en Gedichte, 1909-1913
La traducción en Grodek, Descontexto Editores, 2014
La traducción en Grodek, Descontexto Editores, 2014
Traducción dedicada a Rebe Reberdy,
por la ausente compañía i Blake
An den Knaben Elis
Elis, wenn die Amsel im schwarzen Wald ruft, / Dieses ist dein Untergang. / Deine Lippen trinken die Kühle des blauen Felsenquells. // Laß, wenn deine Stirne leise blutet / Uralte Legenden / Und dunkle Deutung des Vogelflugs. // Du aber gehst mit weichen Schritten in die Nacht, / Die voll purpurner Trauben hängt / Und du regst die Arme schöner im Blau. // Ein Dornenbusch tönt, / Wo deine mondenen Augen sind. / O, wie lange bist, Elis, du verstorben. // Dein Leib ist eine Hyazinthe, / In die ein Mönch die wächsernen Finger taucht. / Eine schwarze Höhle ist unser Schweigen, // Daraus bisweilen ein sanftes Tier tritt / Und langsam die schweren Lider senkt. / Auf deine Schläfen tropft schwarzer Tau, // Das letzte Gold verfallener Sterne.
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