Despertamos una mañana más
somos los sobrevivientes
la ciudad ha sido buena con nosotros
una noche más
pero qué noche: el hombre gritaba
borracho o aterrorizado y quizá ambas cosas
-ya nunca lo sabremos-
me quieren matar, estos tipos
me quieren matar, llamen a la policía
me quie (mientras: cállate, vale -decían
los otros, con escalofriante suavidad)
y dos mil, tres mil vecinos agazapados
en los altos edificios escuchábamos
en silencio
(una sola enorme respiración contenida)
(un enorme ejército tembloroso)
todos deseando que el hombre se callara
que lo liquidaran en otro lugar mucho más lejos
o que fuera una broma siniestra
pero que se callara o lo callaran de una vez
y se calló
y esta mañana en los ascensores nadie miraba a nadie
y en la acera no había cadáveres ni manchas de sangre
y los periódicos ignoran el asunto
y nosotros también
en Rock urbano, 1989
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