domingo, marzo 25, 2012

"Ansia", de Sarah Kane

Fragmento



A: ...Y quiero jugar a las escondidas y darte mi ropa y decirte que me gustan tus zapatos y sentarme en el escalón mientras te bañas y hacerte masajes en el cuello y besarte los pies y sostenerte la mano y salir a comer y que no me importe que te comas mi comida y encontrarte en Rudy's y hablar del día y tipiarte las cartas y llevarte las cajas y reírme de tu paranoia y darte cassettes que no escuchas y ver películas buenísimas y ver películas pésimas y quejarme de la radio y sacarte fotos cuando estás durmiendo y levantarme antes para ir a comprar tu café con medialunas y galletitas de manteca y después ir al Florent y tomar café a la medianoche y dejar que me robes cigarrillos y no poder encontrar nunca un fósforo y contarte del programa que vi la noche anterior en la tele y llevarte al hospital de ojos y no reírme de tus chistes y desearte en la mañana pero dejarte dormir un rato más y besarte la espalda y acariciarte la piel y decirte cuánto amo tu pelo tus ojos tus labios tu cuello tus senos tu culo, y sentarme en el escalón a fumar hasta que tu vecino llega a casa y sentarme en el escalón a fumar hasta que tú llegas a casa y preocuparme cuando llegas tarde y sorprenderme cuando llegas temprano y regalarte girasoles e ir a tu fiesta y bailar hasta estar negro y sentirme culpable cuando no tengo razón y contento cuando me perdonas y mirar tus fotos y desear haberte conocido desde siempre y escuchar tu voz al oído y sentir tu piel en mi piel y asustarme cuando te enojas y se te pone el ojo colorado y el otro azul y tu pelo a la izquierda y tu cara oriental y decirte que eres maravillosa y abrazarte cuando estás angustiada y ser tu sostén cuando te duele y desearte sólo de olerte y ofenderte al tocarte y lloriquear cuando estoy a tu lado y lloriquear cuando no estoy y babosearme en tu pecho y sofocarte de noche y morirme de frío cuando te llevas la frazada y de calor cuando no te la llevas y derretirme cuando sonríes y disolverme cuando te ríes y no entender por qué piensas que te estoy rechazando cuando no te estoy rechazando y preguntarme cómo es posible que pienses que alguna vez podría rechazarte y preguntarme quién serás pero aceptarte de todos modos y contarte del niño del bosque encantado del ángel de los árboles que voló a través del océano porque te amaba y escribirte poesías y preguntarme por qué no me crees y tener un sentimiento tan hondo que no encuentre palabras para decirlo y querer comprarte un gatito del que ponerme celoso porque se va a ganar más atención que yo y demorarte en la cama cuando te tienes que ir y llorar como un niño cuando al final te vas y matarte las cucarachas y comprarte regalos que no quieres y llevármelos de vuelta y pedirte que te cases conmigo y que me digas que no de nuevo pero seguir pidiéndote porque aunque creas que no lo digo en serio lo digo en serio siempre desde la primera vez que te lo pedí y vagar por la ciudad pensando que está vacía sin ti y querer lo que tú quieres y pensar que me estoy perdiendo pero saber que estoy a salvo contigo y decirte lo peor de mí y tratar de darte lo mejor de mí porque no te mereces ni un poquito menos y responder tus preguntas cuando preferiría no hacerlo y decirte la verdad cuando la verdad es que no quiero y tratar de serte honesto porque sé que lo prefieres y pensar que se acabó todo pero igual quedarme diez minutos más antes de que me eches para siempre de tu vida y olvidar quién soy y tratar de estar más cerca de ti porque es hermoso aprender a conocerte y vale bien el esfuerzo y hablarte en alemán mal y en hebreo peor y hacer el amor contigo a las tres de la mañana y de algún modo de algún modo de algún modo comunicar algo del abrumador inmortal irrefrenable incondicional omniabarcador enriquecealma abreconsciencia constante inagotable amor que tengo para ti.





1998



Traducción de Rafael Spregelburd, acá alterada del argentino.







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