domingo, febrero 05, 2012

“El mundo de los pájaros se parece mucho al mundo de los libros”. Entrevista a Jonathan Franzen, de María Isabel Rueda







El novelista le explicó a María I. Rueda el porqué la libertad es 'la mayor mentira' del consumismo. Según la revista 'Time', 'cada vez que pasa Jonathan Franzen es como la influencia de un desastre natural o de un monumental accidente aéreo"... Pienso que se debe a que una parte de los lectores están hambrientos de novelas que se comprometan con el momento actual del mundo. La gente se queja de que las novelas ya no son relevantes. Pero pueden ser de tanta relevancia como sus escritores quieren que lo sean.


¿En esta era de locura tecnológica, el mundo todavía necesita de la novela?
Diría que incluso necesitamos más de la novela como un refugio de este mundo tecnológico. La tecnología se desarrolla a su propio ritmo, que es muy rápido. Pero la gente no cambia tan rápidamente. La experiencia estética de leer una novela es más lenta que cualquier otra, y por eso ayuda a reposicionar al individuo en torno a todos esos cambios tecnológicos.


Sé de su amor por los pájaros. Como algunas de sus variedades, ¿los novelistas de trascendencia son un género en extinción en los EE. UU.?
Creo que los novelistas lo estamos haciendo mejor que las especies animales en vías de extinción. En cambio, sí tengo ese sentimiento sobre los lectores serios. Está en mi naturaleza hacerme del lado de los grupos que están en la lucha, sean pájaros o lectores literarios serios.


Dice que escribe para la pequeña minoría 'que no se siente cómoda en este mundo'. ¿Quiénes son esos?
He investigado y pensado mucho acerca de quiénes somos y aún no lo sé... Una cosa que sé es que los lectores reales están parejamente distribuidos entre la población. No es que solo la gente blanca lea, o la gente rica lea, o solo los universitarios más pobres lean. Buena parte de los millonarios no leen pero unos pocos lo hacen y la mayoría de los presos no leen de forma seria. Pero algunos lo hacen. De manera que creo que es poco común pero consistente en la especie humana no estar satisfecho con lo que todos los demás parecen estar satisfechos. Eso es lo que creo que son los lectores de literatura. Gente que no quiere lo convencional, sino algo más balanceado, algo trágico y cómico, algo complicado. Eso es lo que todos los lectores de literatura tienen en común, vengan de donde vengan: que el mundo no les parece simple.


¿Tener de lector a Obama y una carátula de 'Time' le han ayudado en su éxito como novelista?
Ciertamente que sirve. Fue difícil para mí venir de un ambiente conservador y justificarme por estar haciendo algo tan frívolo como el arte. Escribir para vivir... Siempre quise sentirme de alguna manera comprometido con la cultura. Y en algún punto comencé a dejar de preocuparme por eso. Estar esforzándote constantemente por tener una relevancia cultural, o política, no es la manera de hacerlo. Uno escribe el libro que quiere leer y últimamente estoy escribiendo mis novelas porque esa parece ser una buena manera de pasar el tiempo. Cuando estoy escribiendo una novela me siento feliz.


¿Las familias que describe en sus novelas son disfuncionales? ¿O será que en cada familia suceden terremotos que son parte de la vida normal?
Creo que las familias disfuncionales sí existen, pero yo no escribo sobre ellas. Trato de escribir acerca de familias interesantes, porque contienen unos vínculos muy fuertes, la madre y el bebé, el padre y la pequeña hija, esposo y esposa muy enamorados, y todo va muy bien durante un tiempo, pero llegan momentos en que se producen verdaderos conflictos familiares y creo que eso es aún más verdad, dado el ritmo cultural al que vamos.


Creo haberle leído la frase de que en el matrimonio se pierde la inocencia...
Sí, dije algo en ese sentido. Que durante un matrimonio no se puede seguir creyendo en absolutos morales. Si no estás metido en una profunda y comprometida relación, puedes seguir flotando por la vida convencido de que tienes la razón. Y lo que descubres, si estás en un matrimonio de muchos años, es que no importa lo que pienses o creas acerca de todo, probablemente solo tienes la razón en la mitad.


¿Su novela se llama 'Freedom', a manera de crítica de un exceso de libertad individual?
Pocas personas negarían que la gente en EE. UU. tiene libertades civiles, libertades como consumidor, libertades económicas relativamente desreguladas, y hacemos muchas cosas con nuestras libertades. Y luego miramos los ratings de felicidad de los estudios académicos, y vemos que EE. UU. está como de número 42... Luego la libertad no necesariamente produce felicidad. Una de las mayores mentiras del consumismo norteamericano es que ha sido etiquetado como libertad. Pero es lo contrario de libertad entrar a un almacén para comprar una cosa que necesitas y encontrarte con 35 posibilidades. Eso es asfixiante. Hace que uno se sienta estancado, miserable. Exageramos mucho hablando tanto de las libertades que tenemos en los EE. UU. Es obvio que no estoy diciendo que no sea mejor vivir en una democracia representativa que bajo una dictadura represiva... Pero es una idea infantil que si mucha libertad es buena, más libertad sea aún mejor.


En 'Freedom' también encuentro varias referencias críticas a Steve Jobs y a su compañía Apple. Pero mire lo irónico: yo compré su libro a través de mi iPad...
Estoy resignado ante los libros electrónicos. Pero prefiero unas plataformas a otras. Mi problema con Apple es que es una compañía abominable.


¿Abominable?
Terrible. Horrorosa. Son increíblemente codiciosos, monopolistas, agresivos y creo que fundamentalmente despreciativos de las personas que compran sus productos. Y es además interesante analizar todo el material biográfico acerca de Steve Jobs, porque la conclusión es que era un idiota.


¿Un idiota? ¡Fue un dios para tantas personas!
Lo sé. Pero era un imbécil. Todo el mundo está de acuerdo. Algunos dicen que fue un visionario; algunos, que fue un genio, o un gran experto en diseño, pero en lo que todo el mundo está de acuerdo es en que no era una buena persona. Y su compañía no es una compañía decente, créame. Y en Estados Unidos hay opciones distintas del iPad para escoger. Está, por ejemplo, el Kindle, de Amazon -con el que también tengo mis problemas-, y el Nook, de Barnes and Noble, que a mí personalmente es el que más me gusta.


Lo pensaré... Menciona seis veces a Colombia en 'Freedom'. ¿Por qué le gusta tanto nuestro país?
Colombia es un paraíso de pájaros. No solo nativos, sino aves migratorias. Por lo tanto, tengo un aprecio muy grande por este país. Adicionalmente, fue uno de los primeros países en hacerme una impronta sobre la conciencia literaria de este continente, a través de García Márquez.


Es un apasionado de la ornitología. ¿Qué va de observar pájaros a escribir una novela?
Básicamente amo a los lectores como amo a los pájaros, esa es la conexión. Y creo que el mundo de los pájaros se parece mucho al mundo de los libros. Necesitas a alguien que te guíe en el camino. La mayoría de las personas no hacen espontáneamente ninguna de las dos cosas.


¿Y quién le hizo a usted ese favor?
Un cuñado. Y yo he tratado de hacer la misma cosa, llevar a la gente por el camino de las aves. Fui a Australia por la publicación de mi novela y llevé a mi hermano... y él no tenía ningún interés en los pájaros y lo hice ir a observar pájaros durante una semana y media, desde las cinco de la mañana hasta que se ponía oscuro. Al comienzo estuvo muy aburrido y ansioso, pero como a la semana empezó a poner atención y, al final, tomaba fotos de los pájaros. Hoy me escribe y me cuenta que ya no puede salir a caminar sin tener conciencia de todo lo que está volando a su alrededor. Eso lo agarra a uno de esa manera. Los pájaros son una dimensión muy hermosa del mundo que normalmente uno no ve.


Es una mejor forma de ver la vida: a través de los pájaros...
Y siento que muchos de mis hábitos asociados con la literatura también son así... Algo que logra la literatura es que puede volverte menos apresurado para juzgar a alguien que se está comportando de mala forma, porque tienes suficiente experiencia como lector para analizar de manera más amplia ese determinado comportamiento. En lugar de condenar moralmente a la persona, desarrollas una simpatía por ella. La simpatía tradicionalmente está en el centro de una novela... Es una de las glorias de la novela, por lo cual es una forma de arte tan liberal. Debilita tus certidumbres y te invita a tener simpatía por cosas por las que normalmente no las tendrías.





en El Tiempo, Colombia, 29 de enero, 2012











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