martes, diciembre 06, 2011

Una nota y dos entrevistas a Sócrates

19 de febrero, 1954 - 4 de diciembre, 2011

I

El fútbol siempre es acusado por su funcionalismo, por mantener a los individuos preocupados de problemas irrelevantes, quizás la peor arma de distracción masiva después de los mass media. El fútbol como cualquier deporte, es un medio aprovechable, una trinchera de lucha que puede ser ocupada, y así lo hizo el Doctor Sócrates, un homenaje para él por su reciente y temprano fallecimiento. 

En Brasil, al iniciar la década de 1980, la dictadura militar (1964-1985) perseguía a los movimientos democráticos que pedían “Direitas já” (Elecciones). Sócrates, el mítico jugador del Corinthians, capitán del club y de la selección nacional, propone un movimiento interno en el equipo para adherir a la campaña política contra la dictadura, y empiezan a jugar con un brazalete amarillo, color que identificaba al movimiento político de oposición.

Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza Vieira de Oliveira, que era llamado “El Doctor” por haber estudiado medicina, utiliza su talento con la pelota para crear conciencia y denunciar los problemas sociales de su país. Comenzó promoviendo la lucha contra la pobreza y proponiendo dar techo a los marginados, y terminó siendo un líder carismático del pueblo pidiendo el fin de la dictadura. Se hizo célebre por su barba, su melena y su rebeldía dentro y fuera de la cancha.

En el ámbito deportivo, Corinthians instaura un método de asamblea interna permanente para conseguir un sistema de juego que los llevará al campeonato, luego de veinte años sin conseguir el título. Así mismo, todas las decisiones importantes del club se decidían colectivamente, y todos tenían derecho al voto. Fue la famosa Democracia Corinthiana, donde el director técnico, Atilson Monteiro Alves, era una especie de secretario de la puesta en marcha del debate colectivo promovido por Sócrates y las demás figuras del club, que se regía al estilo de una cooperativa. No en vano Alves era sociólogo y ex militante universitario. Otro de los jugadores destacados fue Wladimir, por entonces abanderado del Sindicato de Jugadores Paulistas y, aún hoy, militante de izquierda.

La democracia corinthiana estaba revolucionando el modo de gobernar a los clubes, y además era combustible para las masas que peleaban por derrumbar a la dictadura”, declaró Juca Kfouri, director de la revista deportiva Placar en ésa época, publicación que apoyó las propuestas del Corinthians.

Con su revolucionario método de organización interna y una postura política clara, Corinthians volvió a salir campeón, contra viento y marea, y contribuyó a poner fin a la dictadura, que se derrumbaba poco a poco. La consigna política fue abrazada con enormes banderas amarillas por la "torcida" corinthiana, banderas que pasaron a flamear, desafiantes del régimen militar, a todos los estadios de Brasil en las manos de otras hinchadas que adhirieron.

La democracia corinthiana fue el tema central de un libro de Jorge Amado que lleva ese mismo nombre y fuente de inspiración de una canción del cantante Gilberto Gil. También fue filmado un documental sobre la vida de Sócrates, realizado por los cineastas Fernando José da Silva y Reinaldo Volpato.

en Historias de fútbol rebelde y rebeldes del fútbol, de Camilo Rueda Navarro




II

¿Cómo ve la organización de la Copa del Mundo en Brasil de aquí a cuatro años?
Sócrates: Aquí en Brasil, aún no existe una organización, que yo sepa. La verdad es que existe una desorganización dirigida para que las inversiones que están asignadas a las obras no pasen por licitaciones, entonces la están frenando tanto como sea posible para que esto ocurra.

¿Crees que es intencional?
¡Por supuesto! Esto ocurrió en el Panamericano, pasa siempre. Cuanto más demore mejor, porque entonces todo se hace con urgencia, y es una situación de emergencia que vale la pena para desviar alguna cosa.

¿Cree usted que la exclusión del Morumbi como un estadio de la Copa del Mundo tiene que ver con eso?
No tengo ninguna duda. Ellos quieren construir otro estadio. Desde el principio se le veía en la cara, crearon todo tipo de dificultades. ¿Y creo que São Paulo lo hizo bien, al hacer una inversión de 700 millones de dólares en el Morumbi? Es más fácil para São Paulo construir otro estadio.

¿Cree usted que el interés es más económico o político?
Es para-económico. No es económico. Económicamente no podríamos elegir Manaus en vez de Belén. Y Cuiabá como sede, donde tendrán que construir el estadio y luego quedarse de pie, Brasilia lo mismo, Natal la misma cosa. No es interés económico. Es un desperdicio de dinero. Desperdicio económico. Es para-económico, para desviar fondos.

Usted no ve el hecho de que São Paulo tuvo que encabezar una lista de oposición en las elecciones del Club de los 13 [Unión de los Grandes Clubes brasileños] como un elemento de exclusión?
No, lo hizo bien en toda su extensión. Todos los estadios serán renovados. Algunos con un costo absurdo. Debe ser la quinta o sexta vez que renuevan el Maracaná en los últimos tres años. Minerão también. Construirán otro en Bahía. ¿Entiendes? Es para que el dinero camine. Caminando el dinero alguien está ganado. Aquel que construye, que gestiona. El único que no gana es el pueblo.

Usted siempre dice que actualmente el fútbol es más fuerte que el de antes. ¿Cree que la Copa de 1982 fue un hito en la consolidación del deporte como lo es hoy?
No existe una brecha ahí. Lo que ocurre es una falta de adaptación del fútbol como la evolución física de los atletas. La cuestión no es sólo filosófica, claro que es parte del proceso. Pero es mucho más dependiente de la cuestión física. Incluso en mi tesis de maestría, que sería de nueve contra nueve, tomar dos jugadores de cada equipo. Quiero decir, rescatar los espacios que hemos tenido años atrás. Por lo que tendrán que jugar. Hoy en día hay personas que se esconden. Fíjate en un líbero que no deja su lugar. Lo único que hace es patear la pelota hacia adelante, hacia el lado, esto no es jugar fútbol. Con nueve contra nueve, el líbero tendrá que aprender a jugar. No sólo él, todo el mundo tendrá que aprender a jugar, porque la pelota va a correr.

En realidad el fútbol es uno de los pocos deportes que no se adaptaron a esta evolución. Imagínate una prueba de atletismo, a 100 metros, hoy, con cronómetro ... Con suerte empataría. O 50 metros en la piscina. Hay que adaptarse a eso. Y el fútbol no ha cambiado. No quiere cambiar. Ni la tecnología se utiliza para resolver las dudas del arbitraje.

¿No cree que esta adaptación beneficia a los jugadores malos, que a pesar de no tener mucho talento, tienen contratos millonarios?
Hoy, en efecto, el fútbol se ha nivelado. Uno que otro jugador que se destaca, que tiene más técnica, más talento. De hecho, todo el mundo privilegia lo físico hoy y eso es lo que prevalece en el fútbol. Estar en la selección de Honduras, se compara con la selección de Inglaterra. Vea los equipos que se clasificaron, tiene equipos que nunca pasaron a segunda fase y tiene un montón en la segunda fase, están muy parejos.

¿Como fue la democracia en el Corinthians?
Una sociedad que decide todo en una simple mayoría de votos tenía la ventaja en las decisiones, absolutamente democrático. El vestuario tenía el mismo derecho a un voto que un dirigente.
¿Fue una de las pocas veces que el fútbol jugó un papel políticamente más positivo?
De hecho jugó un importante papel en este proceso de democratización, porque el proceso corinthiano comenzó dos años antes de la gran movilización de las “Directas já!” [“¡Directas, ya!”, Elecciones ahora]. Creo que fue un factor importante en la discusión de la realidad política brasileña. Estás en un medio extremadamente popular, con un lenguaje que es accesible a todo el mundo está discutiendo de una cosa que mucho tiempo nadie o mucha gente jamás tuvo la oportunidad de hacer, que era votar. Fue importantísimo. Igual a esto no conozco nada parecido en el fútbol.

¿Cree usted que el fútbol puede desempeñar un papel más progresista?
Seguro. Y ese es el gran temor del sistema. Imagine a los Gaviões da Fiel [barra del Corinthians]politizados. ¿No? Tiene la movilización lista, tome palco, dos veces a la semana, para ejercer su derecho a la acción política, solo falta la politización.

¿Le falta organización política a los jugadores?
¡Falta conciencia! La falta ... Por eso el sistema desinforma a estos tipos. En vez de educar, hace todo para que el hombre no adquiera una conciencia social, política, porque eso es lo más importante. (…) Una de las peleas que tengo es "¿por qué no educar al pueblo, si es obligación del Estado educar a todo el mundo?". Por lo menos ese pueblo tiene que ser educado. Ahora mismo fui a Sudáfrica, una campaña a favor de la educación, inclusive con la iniciativa de la FIFA, con el sello de las Naciones Unidas, Educación Global, que es una de las metas del 2015 para todos los niños en la escuela. Entonces, en el caso de la FIFA, ponga primero a los jugadores. (Risas)

¿Cree usted que el Estado debería cumplir un papel más importante en la gestión del deporte?
¡Por supuesto! Pero nadie quiere meterse mucho en eso. Nadie quiere meterse, debido a que es un nido de avispas. Pero debería. Particularmente en Brasil el fútbol es un negocio como cualquier otro. Porque el Estado no tiene control sobre eso. Utiliza todos los símbolos patrios, himno, bandera, hasta utiliza el alma del brasileño.

¿Cree usted que el Estado debería intervenir para tratar de dar seguridad a los jugadores en Brasil?
Ya hay legislación para eso. El trabajo infantil está penalizado. Pero cómo vas a evitar que un niño viaje a otro país dentro de los requisitos legales, es decir, la búsqueda de empleo para los padres, esta gente siempre hace lo que precisa ser hecho. Esto sólo va a ser educado cuando tenemos consciencia de que tenemos que valorar la ‘commodíte’ que tenemos a mano. ¿Cuál es la calidad del jugador brasileño, el talento del jugador brasileño? En vez de vender una vez al artista, tienes que vender su trabajo. Cuando comience a vender su trabajo, van a tener mucha más riqueza.

Un buen ejemplo es Ronaldo. Ronaldo es un tipo que vale oro, que vino acá y está ganando lo mismo que estaba ganando allá, si no más.

Entonces es posible que sí, pero es un cambio de mentalidad. La verdad es que el fútbol brasileño vende a su artista porque también es una manera fácil de manipular los recursos. No todo el dinero salió de ahí viene acá, en el camino hay muchas personas de por medio.


Entrevista concedida a Sintrajud-SP (Sindicato de Trabajadores del Poder Judicial Federal del Estado de São Paulo), poco antes de la Copa del Mundo (2010).
 




III
 
Sócrates, que fue internado después de una hemorragia digestiva, había recibido una llamada telefónica del ex presidente Lula y permanecía bajo la fiel compañía de su mujer, cuyo nombre se tatuó discretamente en la muñeca izquierda, la periodista Katia Bagnarelli, que, en la madrugada del viernes antes pasado, fue preparada para lo peor.

¿Fue el susto más grande de tu vida?
No... ¿Qué significa susto? Ah, buena pregunta.

¿Sentiste miedo de morir?
Estuve cerca de morir, sin embargo, pasé por situaciones tal vez más cercanas. Este caso específico fue más bien sorprendente, porque llevaba tres meses sin consumir alcohol.

En Cuba [donde estuviste recientemente], ¿no consumiste nada alcohólico?
Consumí. Pero existe una característica muy interesante en esta historia. Mi hígado tiene algunos problemas, pero funciona bien. La mayor parte de él funciona bien. Sin embargo llegó a un punto de absoluta incompatibilidad [se ríe] con el alcohol.

Siempre supiste lo que estaba sucediendo, ¿no?
Esto no se puede cuantificar, no funciona así. Llegué a un punto en el que tuve que detenerme a cuidar esta situación y descubrí una cosa maravillosa: no tengo abstinencia, no lo hecho de menos, falta química.

Antes de lo químico, habla de la psicológica, tú que siempre fuiste de vivir la vida a cada momento, vivir siempre apasionado. ¿Se puede cambiar?
No creo que tenga que cambiar, no. En verdad, voy a botar el alcohol. Ya lo había botado, mi concepto de vida ya había cambiado. Y, en primer lugar, voy a trabajar como médico, esto con lo que yo bromeaba, que estaba en el hospital para conseguir trabajo, ya lo conseguí. Voy a trabajar en el equipo de transplante aquí. Ya empecé a estudiar, voy a trabajar con hepatología, principalmente con el área política, de divulgación, de la información, de la concienciación sobre la importancia de este asunto.

¿Por qué nunca hiciste propaganda de cerveza?
Para ser sincero, nunca me invitaron. Pero de cigarro nunca la haría.

¿Harías de cerveza?
En alguna época, sí la haría.

¿Y actualmente?
Hoy no. Pues. Todo depende de la época. Hoy, al contrario, quiero mucho que las personas tomen conciencia de lo que sucede, de lo que puede suceder con ellas, de cómo es importante la calidad de vida. Y que sepan además, que Brasil tiene una legislación para este asunto del transplante de hígado con una calidad excelente. Y que demuestra que, si podemos hacer esto en esta área, podemos hacerlo en todas las otras y expulsar del país a los que no queremos que se queden aquí.

Y a propósito, en toda esta impresionante energía de cariño que te rodeó en estos últimos días, hay también personas que dicen que de demócrata no tienes nada porque le pusiste el nombre Fidel a tu hijo menor. ¿Es otra de tus contradicciones?
De hecho, estoy aprendiendo muchas cosas positivas en este mi casi nuevo nacimiento. En relación a Fidel Castro, símbolo de la Revolución Cubana, tal como Che Guevara, las personas están mal informadas. En nuestro país se conoce muy poco de lo que sucede fuera de aquí e incluso de aquí mismo. La estructura política cubana es extremadamente democrática. Quería que mi hijo naciera allá, yo quería ser cubano. Estuvimos en Cuba ahora, ¡nos fuimos a pasear! Tomé a mi mujer y fui para allá, a pasear, a disfrutar brillos de humanidad. Una gente como aquella, en una islota, que hace más de 60 años que pelea contra un imperio, solo puede ser fuerte, y ningún tipo de dictadura hace un pueblo tan fuerte. La dictadura no es un tiempo de servicio, necesariamente es calidad de servicio. En Cuba, el pueblo participa de todo, en cada manzana. ¿Y aquí? ¿A quién le reclamas? Aquí votas y no tienes a quién reclamar.

¿Y en este entusiasmo, vacilaste y te pusiste a tomar? ¿Cerveza, vino, ron, qué?
No pasa nada, hacía un calor terrible. Unas cervecitas

¿Poco?
Muy poco, comparado con lo que bebía.

¿Pero fue suficiente para desencadenar esta crisis?
No, ya estaba delicado, iba a pasarme de cualquier manera.

¿Fue la segunda hemorragia?
De las serias, sí.

Paraste de fumar en el Mundial de 1982 durante un mes. ¿Necesitarás ayuda ahora para verte libre del alcohol?
No la voy a necesitar. Teóricamente, lo que va a pasar conmigo es lo siguiente: no beberé más, mi hígado mejorará mucho y no voy a necesitar hacer nada. Mi hígado no está totalmente comprometido.

¿Te harás un transplante?
Creo que no, no creo que lo necesite.

¿Por qué quieres vivir?
Quiero cambiar mi país, quiero cambiar a mi gente, siempre. Creo que la vida es la cosa más importante que tenemos. ¿Por qué la voy a desperdiciar?

¿Sabías que te querían tanto?
Desconfiaba [lo dice con una mirada pícara]. Siempre me sentí querido, qué sé yo, medio representante popular, por defender causas comunes a más gente. Creo que es por esto.

Dicen que a todos les gustaría leer su propio obituario. ¿Te imaginas que en varios periódicos el tuyo fue escrito? ¿Te gustaría leerlo?
Yo no. Lo que escribirán después de que muera no vale de nada. Lo que vale es mientras estás vivo. Después de que muera, morí, pues.


en Folha.com, 27 de agosto, 2011









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