jueves, junio 16, 2011

"Un Rey en Nueva York", de Charles Chaplin

Fragmento



Gerente: Tenemos aquí a un verdadero fenómeno infantil, Majestad. Un niño excepcional de 10 años. Es historiador y redactor jefe del diario de la escuela.

Rey: Muy interesante.

Gerente: Le presento a Su Majestad a Rupert, nuestro joven editor.

Rey: Encantado, Rupert.

Rupert: Lo mismo digo.

Rey: Siéntate. Dime, ¿qué estás leyendo?

Rupert: A Karl Marx.

Rey: (Sonriendo) No serás comunista, ¿verdad?

Rupert: (Serio) ¿Hay que ser comunista para leer a Karl Marx?

Gerente: ¡Rupert!

Rey: Una respuesta razonable. ¿Si no eres comunista entonces qué eres?

Rupert: Nada.

Rey: ¿Nada?

Rupert: Odio cualquier forma de poder.

Rey: Pero alguien tiene que gobernar.

Rupert: No me gusta la palabra "gobernar".

Rey: Bueno, si no te gusta la palabra "gobernar", digamos "mandar".

Rupert: El mando del gobierno significa poder político y el poder político es la forma más directa de oprimir al pueblo.

Rey: ¿Qué dice usted que escribe en el diario?

Gerente: El comentario sobre la actualidad. Con su permiso, Majestad.

Rey: Pero, mi querido amiguito, la política es necesaria.

Rupert: La política es un montón de reglas impuestas al pueblo.

Rey: En este país las reglas no se imponen, son el deseo de los ciudadanos libres.

Rupert: Viaje un poco y verá la libertad que tienen.

Rey: No me has dejado terminar. Yo…

Rupert: (Agitado) Todos están atados de pies y manos.

Rey: Permíteme que termine…

Rupert: En un mundo supuestamente libre se violan los derechos de cada ciudadano…

Rey: Pero no me dejas…

Rupert:
Se han convertido en esclavos de los déspotas políticos.

Rey: (Ahora él se irrita) ¿Quieres dejarme mejor que te explique…?

Rupert: (Ya enojado) ¿Y la libertad de expresión existe?

Rey: No, porque tú te quedaste con ella.

Rupert: ¿Y la libre empresa?

Rey: Hablamos de [otra cosa].

Rupert: Hoy todo está en manos de los monopolios.

Rey: ¡De acuerdo! ¡Ahora…!

Rupert: ¿Puedo competir con los fabricantes de automóviles?

Rey: ¡Si me dejas terminas!

Rupert: ¡Ni soñarlo! ¿Acaso puedo competir con los grandes almacenes?

Rey: ¿Te puedes callar?

Rupert: ¡Ni soñarlo! El monopolio es la amenaza de la libre empresa… y si vuelvo la vista atrás 60 años atrás.

Rey: ¿Dónde estabas tú hace 60 años?

Rupert: Era sólo un chispazo de deseo en la imaginación de mi bisabuela.

Rey: Bien, ¿ya terminaste? Entonces déjame decirte una cosa… Déjame decirte que estás muy equivocado. En primer lugar…

Un niño le lanza una cucharada de comida por atrás a su cabeza. El Rey se limpia.

Rey: En primer lugar… ¡Ahora se me olvidó lo que quería decir!

Rupert: ¿Y la bomba atómica?

Rey: Ahh…

Rupert: Es un crimen que mientras el mundo clama por energía atómica usted quiera fabricar bombas atómicas.

Rey: ¿Yo? ¡Pero si yo soy contrario a la bomba atómica!
Rupert: Usted quiere aniquilar la civilización, borrar todo rastro de vida en este planeta. Aún cree que vive en el siglo XIX.

Rey: ¡Tienes que saber que perdí mi trono por no negarme a fabricar bombas atómicas!

Rupert: ¡Usted, los de su clase, creen que la bomba puede resolver sus problemas.

Rey: ¡Escúchame, mocoso!

Rupert: El hombre tiene hoy demasiado poder. El imperio romano se derrumbó con el asesinato de César. ¿Y por qué?

Rey: Por…

Rupert: Por causa del exceso de poder. El feudalismo se esfumó por causa de la revolución francesa, ¿y por qué?

Rey: Por…

Rupert: Por causa del exceso de poder. Y hoy el mundo entero estallará en mil pedazos, ¿por qué?

Rey y Rupert: ¡Por causa del exceso de poder!

Rupert: El monopolio del poder es una amenaza para la libertad. Degrada y hace víctima al individuo. ¿Y dónde está el individuo?

Rey: No lo sé, te lo juro.

Rupert: Está sumido en el terror porque se le enseña a odiar en vez de enseñarle a amar. Si queremos que la civilización sobreviva, hay que combatir el poder hasta lograr restablecer la paz y la dignidad del hombre.










1957












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