Desde mi balcón oigo cómo se dispersa el día.
La amenaza comienza cuando señalas con el
índice la sombra
de un árbol que trepa por las paredes.
es preciso que la rama se curve llena de pájaros.
Mas nada sigue a la única ave que vuela desde la
rama
             a este poema
para Nereyda Ávila Sandoval
en Revista Trifulca, nº 4, julio 2009
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