jueves, junio 10, 2010

"Maradona y la física moderna", de Sebastián Martínez Daniell






Dualidad onda-partícula

Una de las principales discusiones que atraviesa la historia de la física clásica surge de la incompatibilidad de las teorías ondulatoria y corpuscular sobre la naturaleza de la luz. Desde la polémica entre Newton y Huygens hasta la innovación epistemológica de De Broglie, las diferencias resultaron irreconciliables: o bien la luz estaba formada por partículas que ocupaban un espacio en el mundo, o bien se trataba de una onda con una velocidad definida pero una masa nula.

La mecánica cuántica vino a zanjar el asunto. Las partículas pueden comportarse como ondas y las ondas pueden fungir como corpúsculos en el devenir del universo, nos dijeron Planck y Bohr. Se acabó la controversia: la luz es ondulatoria y la luz es corpuscular. No hay discordancia entre Ser y No Ser. Lo cual nos conduce directamente a Diego Armando Maradona.

Maradona puede asumir roles contrapuestos sin ser rozado por el anatema de la incoherencia. Puede ser el fruto de un hogar de hacinamiento y privaciones en Villa Fiorito y el portador de un ostentoso tapado de armiño en un estudio televisivo; puede ser el padre más devoto, al tiempo que el hombre que abandona a un hijo natural; puede besar el anillo del Papa y luego condenar el boato del Vaticano; puede tatuarse al Che Guevara en un hombro y sacarse fotos junto a los más conspicuos representantes del neoliberalismo; puede colapsar con 121 kilos de peso y lustros de consumo de cocaína y, simultáneamente, ser el más grande deportista de la Historia. En cualquier otro, todo eso sería condenable por contradictorio o tratable como esquizofrenia. En Maradona es natural, es la derivación lógica de su esencia cuántica.



Principio de incertidumbre

Otro de los principales aportes de la física cuántica a nuestra pretensión de glosar el universo ha sido la formulación del principio de incertidumbre, que postula que cuanto mayor certeza tengamos acerca de la posición de una partícula en el espacio, menos información tendremos sobre su velocidad.

Werner Heinseberg, su primer enunciador, murió el 1 de febrero de 1976, en Múnich. Treinta y nueve semanas después, luego de lo que podría considerarse un período de gestación humano convencional, Maradona debutó en el fútbol profesional. Su primera intervención en ese partido iniciático consistió en recibir la pelota de espaldas a su marcador y tocarla con el pie izquierdo de modo tal que pasara limpia entre las piernas del atribulado rival. Comenzaba a transformarse, de ese modo, en el principal divulgador del principio de incertidumbre. Probó, fuera del laboratorio, que no es posible saberlo todo, que la episteme humana tiene un límite insalvable.

Luego, los años, la esfericidad y los medios masivos de comunicación se encargaron de que las lecciones de Maradona sobre la indeterminación física fueran ampliando su público, hasta hacerse globales.



Sudáfrica 2010

Reificación de la dualidad onda-partícula fuera de los estadios y demostración fáctica del principio de incertidumbre dentro de ellos, a Maradona le tocará vivir el próximo Mundial en el borde. Ni dentro ni fuera. Al costado, a metros de la línea de cal. ¿Qué puede pasar? Nadie sabe. Pero tengo un pálpito. Argentina llega a la final, pero no sale campeón en Johannesburgo. Cuando el árbitro esté a punto de decretar la conclusión de un resultado favorable a los anhelos argentinos, el gran colisionador de hadrones sepultado bajo suelo suizo, tan cerca del cuartel central de la FIFA, logrará finalmente recrear el Big Bang, volverá a curvarse el continuo espacio-tiempo, y el mundo nuestro, éste que supo albergar a Maradona, quedará reducido a un agujero negro.

Porque la Naturaleza perdona a quienes juegan a ser Dios. Pero no soporta a quienes juegan como los dioses.











2010







2 comentarios:

Roberto Marconi dijo...

¡Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor!...
¡Ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador!
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
¡Lo mismo un burro
que un gran profesor!
No hay aplazaos
ni escalafón.
...
Igual que en la vidriera irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remaches
ves llorar la Biblia
contra un calefón...

Unknown dijo...

LE PELOTA NO SE MANCHA!! Mas teoría física aplicada al barrilete cósmico (apodo cuántico, por cierto)