viernes, junio 25, 2010

"La iluminada circunferencia", de Jorge Velásquez







Nuestro sueño fue el vuelo
para alzar la iluminada circunferencia

La infancia era una pelota marcada por la sombra
de un árbol

Aún en cancha permanece
la música de los que bailaron con la lluvia

un viento leve volteando su cabellera

sin vida juegan pájaros con otro vuelo azul
entre los postes

Muchachos fuimos
y pateamos con la uña el sueño hacia adelante

No ha nacido todavía el que labre el sol con sus dedos

Hay un olor a piedra
a huesos secos en los baldíos terrenos donde
gambetas hubo

La lluvia es un interminable pájaro de barro

carretas que pasan

No hay otra cosa que un ojo cegado oculto en el polvo
y una mano con aserrín marcando las líneas del destino.







en La iluminada circunferencia, 2006















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