A Cartujos y a Celestinos,
a Dominicos y a Devotas,
a ociosos y a elegantes,
a sirvientas y rameras
con enaguas, y sayas ajustadas,
a petulantes de amor transidos,
calzando sin dolor estrechas botas,
a todos les pido perdón.
A putitas mostrando los pechos
para aumentar los huéspedes,
a rateros y alborotadores,
a buhoneros con sus muestrarios,
a locos, locas, tontos, tontas,
que van silbando de a seis,
a muchachitos y muchachitas,
a todos les pido perdón.
No a los sucios perros traidores
que me dieron duras costras a roer,
muchas noches y muchas mañanas,
ahora los temo tanto como a nada.
Les he dedicado eructos y pedos;
mas no puedo, pues estoy sentado.
En suma, para evitar querellas,
a todos les pido perdón.
Que les arruguen las quince costillas
con gruesas porras, fuertes y macias,
con látigos emplomados y cosas parecidas.
A todos les pido perdón.
1456, aprox.
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