sábado, marzo 14, 2009

“De vez en cuando”, de Claudio Bertoni

Cuatro poemas


Fotografía de Marisa Niño


Despierto y escribo


Despierto y escribo
Me quejo
Le cuento al mundo que no me quieres
Ahora me levanto
Y cuando me levanto también me quejo
Tomo desayuno y me quejo
Cada cucharada de café
Cada cucharada de azúcar
es un quejido
El agua caliente es un solo quejido
Y el resto del día
Mis miradas desde la micro
Mis miradas en las veredas
-Todos quejidos-
Lo mismo pagarle a la cajera en el supermercado
Comprar una lechuga
Comprar un cuarto de queso,
Son quejidos,
Y escoger un tomate
¡entre tantos tomates!
Y es coger una manzana
¡entre tantas manzanas!
Son una ráfaga de inaudibles
De interminables
De inconsolables quejidos.

Es de noche
Y me tengo que dormir
Dormir es otro quejido
Es como una bolsa que se apoya
Llego a mi casa rendido
Y más encima hay que dormir
Hay que poder dormir
Hay que soñar
Y sobrevivir a lo que se sueña
No me he dormido todavía
Este es otro quejido
Tengo los ojos pegados
Pegados como dos quejidos
Como dos conchos
Como dos velas
Como dos cavidades pegajosas
Esponjosas
Duraderas
Quemadas
Hundidas
Secas.

Rememoro todo el día
Rememoro tu número de teléfono
Rememoro lo solo
Lo abandonado
Lo miserable
Lo mal amado
Que me he sentido todo el día

Y todos estos quejidos salen por la ventana
Y despiertan a los vecinos
Y los vecinos encienden sus luces
Y se ponen sus batas de levantarse
Y abren sus refrigeradores
Y estamos en una película norteamericana de los años 50
Y todos tomamos un vaso de leche
Y ahora se ponen a ladrar los perros
Y la luna viene a ver lo que pasa
Y a ponerse los aullidos
Como lianas
Como hilachas
Como a bolas de billar de luz
Y yo me duermo
Y de mi sueño sale fuego
Y del fuego sale humo
Y del humo sale un genio
Y llama a los bomberos
Y mis vecinos vuelven a levantarse
Y a abrir sus refrigeradores
Y a encender sus lámparas de velador
Y a caminar por los pasillos alfombrados de sus casas
Y yo vuelvo a despertar
Y ellos vuelven a ponerse sus batas de levantarse
Y yo vuelvo a pintarlos de blanco
Y a tomarme un vaso de leche
Y a verlos levantar sus brazos como adoradores de Satán
Y el fuego se apaga
Y el sudor vuelve por sus venitas
Vuelve por sus tubitos
Vuelve por sus poros
y ahora están entrando en sus sábanas
Y todos están limpiecitos
Y lo único que sale sucio todavía y rojo
Es un quejido
De la comisura de mi labio
Como un reguero de sangre.






Cocaína


Mientras
ordenaba la
pieza encontré
tu calzón.

Es
increíble
que todavía
huela tanto.

Me
lo llevé
a las narices
como cocaína.






Vade retro


estoy mirando una teleserie brasileña
un pobre imbécil
y una mina
que lo ha hecho
absolutamente pico

lo engañó
lo dejó
lo volvió a tomar
lo volvió a engañar
lo volvió a dejar
y ahora vuelve de repente
con que “tenemos que conversar”.

huye, huevón,
te quieren conversar.






Soñar no cuesta nada


siempre miraba en la puerta
en el suelo a la entrada
por si había algún papelito
por si se te había ocurrido pasar
por si habías sentido la necesidad de pasar
y siempre que volvía de Viña
tenía el sueño de encontrarte ahí
sentada en la puerta
sentada en la escalera
y siempre te saludaba
y así me aliviaba,
en una ínfima medida me aliviaba.

también cuando los perros ladraban mucho
pensaba que eras tú
que podías ser tú
porque así le ladran los perros a las personas que no conocen
y el viento en las ramas del damasco
y en las hojas
y el viento en las plantas
también eras tú
también podías ser tú
y los perritos que vienen a pedir cáscaras de queso
también podías ser tú
pero nunca fuiste tú
nunca en ninguno de estos casos fuiste tú
siempre fue el viento
y los perritos
y los pasos de otras personas
y los ladridos para otras personas
y ya no te confundo con otras personas
o con los ladridos para otras personas
y ya no te confundo con los pies de los perritos
y ya no te confundo con el viento entre las ramas
y ya no te confundo con el viento entre las hojas
y ya no te confundo con el viento entre las plantas
y ya no te confundo conmigo
y ya no me confundo contigo
y ya no nos confundo a los dos.







en De vez en cuando, 1998










12 comentarios:

Anónimo dijo...

lindo lindo todo lindo...

Anónimo dijo...

un asco de escritura, una vergüenza para quienes lo consideran algo, un signo lamentable de decadencia de los circuitos de autores.

Anónimo dijo...

De acuerdo con el querido Roberto, con todo respeto, son tan malos textos que hasta parece broma.
Cariños.

V i l l a v i c e n c i o dijo...

Arde Descontexto...

Anónimo dijo...

Ayer vi un programa sobre bertoni, lo encontré una persona increíble, son buenísimas sus fotografías y más sus poemas.

Saludos descontexto.

Clara

M. dijo...

Y los créditos de la fotografía que usaron?
La tomé yo.
Marisa Niño

!!!!!!!!!!

M. dijo...

muchas gracias

Gemita dijo...

Hace un par de semanas que ví a Bertoni en un programa de Tv, lo primero que me causó fue risa, la simplicidad casi absurda de sus escritos me gusta, claramente no es Huidobro y no pretende serlo, él escribe y fotografía hasta con temor a ser "puteado" (según su propias palabras) por la gente; me resulta interesante.

P.D: atractivo blog. Saludos!

P.D. 2: Si bién no cumple con ciertos cánones de escritura para algunos, he visto más absurdo en escritos con rima y ritmo que en la sinceridad de Bertoní.

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

asco me doi cuando no puedo ver las nuves que se formaron hoy despues de la lluvia ...
y el color de viña me sigue pareciendo un "color ciudad",
y la comida
o el olor de la naranja con chocolate
o el mani confitado.
asco me doi cuando me da asco lo que me hizo sobrevivir a tanto relleno social al asco que me da que fumen en la mañana , o que me agarren pal webeo en la inspeccion del trabajo ,
ahi me das mas asco tu porque tu recuerdo es el mani
las nuves
la naranja

Anónimo dijo...

me encanta

Anónimo dijo...

Extraordinario, acabo de encontrar su poesía y no puedo dejar de leerla. Fantástico.

Bernardo