domingo, agosto 31, 2008

“La soledad, ¿es un placer que escogería usted?“. Entrevista a María Luisa Bombal, de Marjorie Agosin

The American Hispanit, Indiana, 1977






Durante julio del 77, en la soleada ciudad de Viña del Mar, Chile, tuve la oportunidad de conversar con María Luisa Bombal que después de treinta silenciosos años de ausencia regresa a Chile, su país natal. Con unos ojos profundos, centellantes, conservando aún esa realidad mágica y maravillosa que aparece en sus consagradas novelas como La amortajada y La última niebla, me invita a su casa blanca, de dos pisos, ubicada muy cerca del mar. Subimos por unas escaleras sonoras, antiguas, hasta llegar a su cuarto lleno de fotografías, recuerdos y cuadros. Los cerros de Valparaíso se divisan a lo lejos. Bombal, con voz lenta, me cuenta de su querido amigo Jorge Luis Borges quien le ayudó con la edición de La amortajada, de aquellos días en que escribía La última niebla en la cocina de Pablo Neruda en Buenos Aires. "Pablo se enojaba conmigo; me decía Madame Merimée porque soy una clásica y maniática perfeccionista de la forma y estilo de mis novelas y cuentos". También me conversa de sus personajes, que acompañan a la autora, ayudándola a combatir su soledad. "La amortajada soy yo, y sé que pronto resucitará. Mi pobre María Griselda, sólo yo comprendo su tristeza. En el jardín de mi amiga Isabel, hay un árbol igual al de mi cuento ("El árbol")". En Chile permanece alejada del ambiente literario a pesar de haber publicado recientemente la segunda edición de la nouvelle. La historia de María Griselda. Su mayor alegría es reencontrar amigas de la infancia, pasearse por los parques de la ciudad y, obviamente, soñar: su única realidad existente. A pesar de que la producción literaria de Bombal es exigua en cantidad, sus obras rompen con la literatura naturalista criollista de la época e inician las nuevas formas de la literatura contemporánea.



Su técnica narrativa ha sido clasificada de diversas maneras: como prosa surrealista, prosa poética, novela de penumbras. ¿Cómo clasificaría Ud. su técnica narrativa y sus propias novelas?
Es difícil contestar esas preguntas, tan sutiles como exactas. Trataré. ¿Mi técnica narrativa? Yo la clasificaría tanto de prosa surrealista, como de prosa poética. ¿Mis novelas? De la historia de las "penumbras" del corazón; y de nuestro goce de la naturaleza que es misterio y milagro. También a veces, de historia de una titubeante, ansiosa búsqueda de lo que llamamos el "mas allá".

Cedomil Goic comenta que Ud. rompe totalmente con la narrativa naturalista criollista de la literatura chilena. ¿Considera dicho comentario exacto?
Sí, me atrevo a decir que no sólo rompí e incité a romper con la narrativa naturalista criollista en la literatura chilena sino también con la narrativa de igual naturaleza en algunos otros de nuestros países latinoamericanos. Quiero decir con esa literatura que es sólo "descripción" de un existir, hechos y vicisitudes. Sí, creo haber insinuado y hecho aceptar en nuestra novela aquel otro medio de expresión: el de dar énfasis y primera importancia no a la mera narrativa de hechos sino a la íntima, secreta historia de las inquietudes y motivos que los provocaran ser o les impidieran ser.

Directores argentinos comentan que usted también rompe con las tendencias criollo-realistas del cine argentino en su conocido guión de La casa del recuerdo, interpretada por Libertad Lamarque.
Tuve esa suerte. El cine argentino comenzaba. Sus temas eran realistas, el tango su única música. Sucedió que Luis Saslavsky, director dentro de este cine, me pidió un guión escrito especialmente para Libertad. Fue éste, La casa del recuerdo, guión cuyo tema romántico del fin de siglo argentino abrió la veta a nuevos argumentos igualmente románticos así como al canto y una música de fondo universales.

¿Qué autores, aspectos, acontecimientos han influido en su obra?
Acontecimientos que han significado cambios bruscos, radicales -ya sea tristes, ya afortunados- han influido por cierto en mi vida, pensamiento y obra. Pero ello sería largo de contarle. Toda una vida… En cuanto a los autores que usted me pregunta haber influido en mi obra, mi primera reacción es decirle: ninguno. Porque me parece y siento haber nacido junto con mis libros... Así como se cree el haber nacido con su destino. Sin embargo, pensándolo más, me encuentro con dos autores que sí han inspirado e influido en mí y en mi obra. Dos nórdicos. Hans Christian Andersen cuyos cuentos mi madre nos leía a mí y mis dos hermanas en aquellas tardes de nuestra infancia. Nos los leía en alta voz, traduciéndolos directamente del alemán, de un libro que fuera la traducción y versión completa de la obra del gran dinamarqués. Los cuentos de Andersen: pensamiento y poesía, tierno juego y fantasía que no nos cansábamos de escuchar. Lejanas tardes, televisión de ayer... La otra influencia: Knut Hamsun, el casi místico noruego. Su primer libro Victoria, breve novela del enigma y conflicto de dos seres con su propio corazón, fue y sigue siendo la novela de amor que yo también hubiera deseado escribir.

¿Hasta qué punto sus personajes pertenecen a una esfera común?
No podría decirlo. Me lo pregunto yo misma. Recuerdo algunos. Yolanda, por ejemplo, de mi cuento "Las islas nuevas". Yolanda que esconde el ala naciente en su hombro, ¿hasta qué punto pertenece a una esfera común? El capitán-pirata de mi cuento "Lo secreto", que en su buque náufrago y hundido empieza a sospechar y luego a comprender que tanto él como su tripulación han muerto, están en el infierno y habiendo perdido para siempre toda posibilidad de reconciliarse con Dios. ¿Hasta qué punto este capitán que llamaran "El Terrible" pertenece a una esfera común? …Ana María de mi novela La amortajada; ella también una muerta. Pero una muerta que vive la experiencia de un pensar y sentimientos que no conoció ni pudo haber conocido en vida. Así como Brígida, de mi cuento "El árbol". Brígida, la siempre-niña que vive y convive con ese árbol... Y mi dulce a la par que ardiente heroína de La última niebla cuya vida es un soñar y ensoñar... Y María Griselda, aquella tímida, trágica, inconsciente beldad... Me pregunto hasta qué punto escapan de la esfera humana y común.

¿Es su Historia de María Griselda una continuación de La amortajada?
Lo es y no lo es. En La amortajada es Ana María, la mujer amortajada, el personaje-tema central de mi novela. María Griselda aparece y pasa en unas breves líneas. Fugaz personaje, cuya escurridiza, tierna personalidad unida a esa excepcional belleza me sorprendió y obligó a pensar en ella. Me vino entonces una intensa curiosidad de conocerla, saber de su vida privada y sentimientos. María Griselda, cuya historia escribí mucho después de La amortajada, es tal vez de mis personajes el que más quiero y me atrae.

¿La música puede relacionarse con la niebla en cuanto al aspecto interior psicológico?
Esa sí que es pregunta no tan sólo compleja sino además, capciosa..., por lo personal. Trataré sin embargo de contestarla. La música así como la niebla significan, son para mí... silencio. Un silencio que acalla en nosotros ese mundo de banalidades, obligaciones y dolores de la vida cotidiana..., para dejarnos momentáneamente oír y escuchar ese canto cuidadosamente escondido dentro de nuestro mundo interior.

En sus libros aparece el motivo del cabello como visión temática de la mujer. ¿Por qué el cabello?
La cabellera me parece no sólo aquello más estrechamente unido a la belleza en la mujer, sino además el arranque más evidente y vivo que une a todo ser con la naturaleza. Porque ¿explíqueme usted la razón de ser que nuestros cabellos sigan creciendo aún después que nuestro cuerpo ha muerto?

¿A qué se debe la interiorización y hasta cierto punto el escape de sus personajes? ¿Existe una relación de tipo social en que la mujer es desplazada debido a su sociedad burguesa?
Esa interiorización y escape que usted anota en mis personajes se debe a la propia manera de sentir de ellos mismos. Cierto es, sin embargo, que debido a la sociedad burguesa en que les tocaba vivir, mis personajes-mujeres se encontraban un tanto desplazadas en el aspecto social. Porque más sentimentales y abnegadas, se retraían de mutuo acuerdo para vivir, o no vivir, calladamente sus decepciones, deseos y pasiones. Quisiera agregar por mi cuenta que no creo que los derechos sociales reconocidos oficialmente en la actualidad a la mujer puedan hacer cambiar lo íntimo de su naturaleza. Creo que somos y seguiremos siendo la eterna mujer. La idealista, sensible, sacrificada, ávida ante todo de dar y recibir amor.

¿En qué quedó su tan esperado libro "El canciller"?
"El canciller", "The Foreing Minister", obra de teatro que escribí directo en inglés entusiasmó a mi agente literario americano, y fue seriamente considerado el ser producida por uno de los más importantes directores de teatro en Norteamérica. En Inglaterra también la estudiaron y consideraron agentes y directores igualmente importantes. Pero sucedía que el tema de mi pieza-drama romántico, aunque de técnica muy moderna, tenía como base de inspiración un acontecimiento oficial, entonces reciente, al que los intereses "complejos" de la política del momento querían imponer, en general, una discreción y escape de mayores comentarios sin "exponer a la luz" dicho acontecimiento. Hablo del trágico fin de Jan Masaryk, canciller e hijo del hombre que convirtiera en país independiente ese rincón de "La Bohemia" en Europa, hijo del que fuera su libertador and First President. Ese trágico fin de un canciller que fuera ahora canciller de un país ya casi sometido a un régimen comunista-soviético, ¿fue suicidio o asesinato político? Tema controversial que si bien interesaba, la gente de teatro consideró tal vez inoportuno el producir. Pero espero, pienso, que ha llegado la hora en que esta obra mía, puede ser publicada y producida en los Estados Unidos.

Usted ha declarado que le es muy difícil escribir. ¿Por qué lo hace entonces?
Porque a pesar de todo, es lo único que puedo y sé hacer.

Entonces, ¿no le gusta, no es para usted un placer escribir?
Le contestaré con las enigmáticas palabras que contestó un autor teatral inglés, a quien formularan la misma pregunta en una entrevista junto a muchos otros escritores americanos e ingleses. "To write -dijo- is a solitary work". La soledad, ¿es un placer que escogería usted?










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