jueves, julio 17, 2008

“Sobre el poema”, de Herberto Helder







Un poema crece inseguramente
en la confusión de la carne,
sube aún sin palabras, sólo ferocidad y gusto,
tal vez como sangre
o sombra de sangre por los canales del ser.

Afuera existe el mundo. Afuera, la espléndida violencia
o los granos de uva de donde nacen
las raíces minúsculas del sol.
Afuera, los cuerpos genuinos e inalterables
de nuestro amor,
los ríos, la gran paz exterior de las cosas,
las hojas durmiendo el silencio,
-la hora teatral de la posesión.

Y el poema crece tomando todo en su regazo.

Y ya ningún poder destruye el poema.
Insostenible, único,
invade las órbitas, la faz amorfa de las paredes,
la miseria de los minutos,
la fuerza sostenida de las cosas,
la redonda y libre armonía del mundo.

-Abajo el instrumento perplejo ignora
la espina del misterio.

-Y el poema se hace contra el tiempo y la carne.









1 comentario:

Anónimo dijo...

Contra viento y marea, contra espina y sangre...


Qué hermoso es cuando en un poema, se encuentran los principios válidos del ser humano en todo su explendor..

Daanroo Mattz
http://elmundodedaan.blogia.com